La nueva película de la saga de Avatar ha causado un sinfín de emociones en sus espectadores, sin embargo, las sensaciones que ha provocado en el público va más allá de nostalgia o admiración, ya que aparentemente causa depresión.
La obra de ciencia-ficción ‘Avatar: El camino del agua’ producida por el talentoso James Cameron, sin duda ha calado en los fans, pero como que se le pasó la mano con la experiencia que transmite, ya que aparentemente incita a la depresión.
Este 2022, Cameron transportó a los espectadores al maravilloso mundo de ‘Pandora’ para observar a la raza alienígena ‘Na’vi’, tal y como lo hizo en finales de la década de 2010, sin embargo, hubo quienes se sintieron deprimidos luego de ver el filme.
Según un artículo de la comunicadora Jo Plazza para CNN, en 2009, varias personas crearon un foro llamado ‘Formas de superar la depresión del sueño de que Pandora sea tangible’ y allí más de mil usuarios compartieron su enorme tristeza. Algunos de ellos mencionaron cosas como “Desde que vi Avatar, he estado deprimido. Viendo el maravilloso mundo de Pandora y todos los Na’vi me hicieron querer estar allí”. Otros, por su parte, dijeron que “cuando me levanté después de ver Avatar por primera vez, vi el mundo... gris. Fue como si toda mi vida se perdiera. Estoy cansado”.
Para este 2022 las cosas han sido similares. El medio The Guardian recopiló publicaciones de internautas que vieron Avatar: El camino del agua, y miles de comentarios hacen alusión a un problema emocional generado por el largometraje. Unos han expresando su deseo por estar en el ficticio lugar, otros han dejado clara su desaprobación con los humanos y su enorme diferencia con los Na’vi, pero unos cuantos fueron realmente preocupantes como el comentario de un usuario que aseguró “he contemplado el suicidio pensando que si lo hago, renaceré y viviré en un mundo similar”.
De acuerdo con el sitio Slash Film, esta corriente de pensamiento se debe a que “después de ver una cultura floreciente como el Na’vi, que estaba tan en sintonía con la naturaleza, algunas personas tuvieron dificultades para reajustarse a la selva de hormigón donde se encuentran sus propias casas”.