Choferes de ambulancia, cajeros de supermercado, trabajadores del correo, médicos que fallecieron luchando contra el COVID-19.
Francia los homenajeó a todos este martes en el día de su fiesta nacional, replanteando su normalmente grandioso desfile militar del Día de la Bastilla para reconocer la labor de los héroes de la pandemia del coronavirus.
La celebración de este año homenajeó también al expresidente Charles de Gaulle, 80 años después de su histórico llamado a los contrarios a la ocupación nazi de Francia que dio lugar al movimiento de la resistencia.
Esta vez el llamado es contra un enemigo invisible que también causa un daño terrible.
Pero la batalla contra el virus, que se ha cobrado más de 30.000 vidas en el país, fue el principal foco de atención del acto oficial en el centro de París mientras el presidente, Emmanuel Macron, busca destacar los éxitos de Francia ante su peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial.
“Esta ceremonia es el símbolo del compromiso de toda una nación”, dijo Macron en un discurso ante autoridades militares el lunes. “Además, será el símbolo de nuestra resiliencia”.
Al otro lado de la ciudad, en la Plaza de la Concordia, manifestantes llamaron la atención sobre los fallos de Francia durante la pandemia.
Había trabajadores sanitarios que criticaron la escasez de mascarillas y los recortes que dejaron a uno de los mejores sistemas de salud del mundo mal preparado frente a la propagación del virus.
El destino de su marcha no fue elegido al azar: se dirigieron a la plaza de la Bastilla, el lugar donde se levantaba una prisión real que los rebeldes asaltaron el 14 de julio de 1789, marcando simbólicamente el inicio de la Revolución Francesa.
Las tensiones surgieron ya el lunes en la noche, en la víspera del feriado, cuando alborotadores prendieron petardos e incendiaron un bus, un gimnasio y docenas de vehículos en la región de París, según el departamento de bomberos.
En el acto de este martes, los aviones de combate que pintaron el cielo con humo azul, blanco y rojo volaron acompañados de los helicópteros que transportaron a pacientes de COVID-19 graves. Una banda militar cantó el himno nacional, la Marsellesa, ante 2.000 invitados especiales.
Este año, en lugar de líderes mundiales u otras autoridades, esos invitados fueron enfermeras, médicos, trabajadores de supermercados y de residencias de mayores, fabricantes de mascarillas, técnicos de laboratorio y otros que mantuvieron el país en marcha durante la estricta cuarentena decretada para combatir el virus. Familiares de los trabajadores médicos que murieron por el virus también estuvieron presentes.