Autoridades en Estados Unidos evaluaban este jueves los daños “históricos” del poderoso huracán Ian, que “arrasó” con algunas ciudades de Florida y pudo haber causado la muerte de dos personas, según el gobernador de este estado.
“Tenemos dos muertes que aún no están confirmadas, pues no sabemos si están relacionadas con la tormenta”, aunque es “probable”, precisó Ron DeSantis.
“Nunca habíamos visto inundaciones como éstas”, dijo.
“Algunas áreas, como Cape Coral, la ciudad de Fort Myers, se inundaron y quedaron realmente devastadas por esta tormenta”, continuó el gobernador, señalando daños “históricos”.
Ian, degradado a tormenta tropical, tocó tierra el miércoles por la tarde como huracán de categoría 4 (en una escala de 5) en el suroeste de Florida, antes de continuar su paso por el estado, con fuertes vientos y lluvias torrenciales.
Todavía es demasiado pronto para hacer una evaluación, pero algunos daños materiales ya eran visibles unas horas después del paso del huracán.
La mañana de este jueves, más de 2,6 millones de viviendas o comercios permanecían sin luz, de un total de 11 millones, según el sitio especializado PowerOutage.
“Incesante”
Punta Gorda, un pequeño pueblo costero ubicado en la trayectoria del huracán, amaneció sin energía eléctrica. Mientras los bomberos y la policía recorrían las calles para evaluar los daños, una excavadora limpiaba las ramas de palmeras caídas.
Ian arrancó algunos árboles así como postes de electricidad y señales de tráfico. Las intensas lluvias inundaron las calles del pequeño puerto, donde el agua todavía llegaba a las pantorrillas el jueves por la mañana.
Joe Ketcham, residente de la ciudad, decidió quedarse en casa el miércoles, a pesar de las órdenes de evacuación.
“Ahora estoy más tranquilo, pero ayer estaba preocupado”, dijo el hombre de 70 años. “Era incesante. El viento soplaba constantemente sobre nuestras cabezas. Podíamos escuchar el metal golpeando contra el edificio. Estaba oscuro. No sabíamos qué estaba pasando afuera”.
Lisamarie Pierro, quien también vive Punta Gorda, dijo sentirse aliviada de ver su casa “todavía en pie”.
“Fue largo e intenso. Y luego se detuvo. Y luego otra vez”, explicó.
Ian también amenazó a la ciudad de Orlando y los parques temáticos cercanos de Disney, que fueron cerrados el miércoles y el jueves.
20 migrantes desaparecidos
Ante la magnitud de los daños, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró el jueves por la mañana el estado de desastre natural mayor, una decisión que permite liberar fondos federales adicionales para las regiones afectadas.
En Naples, imágenes del canal MSNBC mostraban calles completamente inundadas y automóviles flotando en la corriente.
El jefe de bomberos de la ciudad del suroeste de Florida, Pete DiMara, declaró a CNN que su estación se inundó repentinamente con hasta dos metros de agua, lo que impidió que sus equipos respondieran a las llamadas de emergencia.
Un poco lejos de la trayectoria del huracán, cerca del archipiélago estadounidense de los Cayos, las malas condiciones en el mar volcaron el miércoles un bote que transportaba migrantes.
El jueves por la mañana, la Guardia Costera seguía buscando a 20 personas, luego de que tres fueran rescatadas el día anterior y otras cuatro lograran nadar hasta la orilla.
Aunque debilitada, la tormenta Ian continuó su curso destructivo hacia Carolina del Sur el jueves. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, dijo que había generado vientos de hasta 100 km/h e inundaciones “catastróficas” en el centro-este de Florida.
Se pronostica que Ian emerja sobre el Atlántico occidental al final del día, según el NHC, que prevé un leve refuerzo adicional de Ian, que “podría acercarse a la fuerza de un huracán cuando llegue cerca de la costa de Carolina del Sur el viernes”.
Los expertos señalan que, a medida que la superficie de los océanos se calienta, aumenta la frecuencia de los huracanes más intensos, con vientos más fuertes y mayor precipitaciones, pero no el número total de huracanes.