Donald Trump confirmó este sábado la muerte de Hamza bin Laden, el hijo de Osama bin Laden considerado como su heredero al frente de la organización yihadista Al Qaida, de cuyo fallecimiento habían informado medios estadounidenses a finales de julio.
"Hamza bin Laden, el alto responsable de Al Qaida e hijo de Osama bin Laden, fue abatido en una operación de contraterrorismo llevada a cabo por Estados Unidos en la región de Afganistán/Pakistán", declaró Trump en un comunicado.
"La pérdida de Hamza bin Laden no sólo priva a Al Qaida de su autoridad y su conexión simbólica con su padre sino que debilita también importantes actividades operativas del grupo", añadió.
"Hamza bin Laden planeó y trabajó con diversos grupos terroristas", declaró también el mandatario estadounidense.
A finales de agosto, el secretario de Defensa Mark Esper fue el primer responsable estadounidense en expresarse públicamente sobre la muerte de Hamza bin Laden.
Cuando le preguntaron en una entrevista si había fallecido el líder yihadista, respondió: "Eso tengo entendido".
Pero se negó a explayarse sobre el tema. "No tengo detalles. Y si los tuviera no estoy seguro de que pudiera compartirlos con ustedes", declaró entonces el jefe del Pentágono.
Según informaciones publicadas a fines de julio por The New York Times, la muerte de Hamza Ben Laden se produjo durante los dos últimos años.
En la mira
Considerado como el sucesor designado por Osama bin Laden, el fundador de la organización que perpetró los atentados del 11 de septiembre de 2001, el treintañero Hamza estaba en la lista negra estadounidense de personas acusadas de "terrorismo".
Era el decimoquinto hijo de los 20 que tuvo el líder yihadista, producto de su unión con su tercera esposa.
Hamza comenzó a acompañar a su padre antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando aún no tenía 15 años.
Su padre le había enseñado a manejar armas y en algunos videos subidos a Internet aparece, con su voz aflautada, atacando a Estados Unidos o incluso a los judíos.
Varios documentos, entre ellos cartas reveladas por la AFP en mayo de 2015, muestran que Osama bin Laden lo destinaba a sucederle al frente de la guerra santa mundial antioccidental.
Washington había ofrecido en febrero una recompensa de hasta un millón de dólares por cualquier información sobre su paradero, considerando que tras la muerte de su padre, en 2011, Hamza había efectivamente asumido el liderazgo de Al-Qaida.
Según el Departamento de Estado, desde al menos agosto de 2015 Hamza "difundía mensajes de audio y video llamando a atacar a Estados Unidos y sus aliados (...) en venganza por la muerte de su padre a manos de agentes estadounidenses en mayo de 2011".
El comité de sanciones de la ONU contra el grupo Estado Islámico (EI) y Al Qaida sumó el nombre de "Hamza Osama Muhammad Bin Laden", nacido el 9 de mayo de 1989 en Yeda (Arabia Saudita), a la lista de personas sometidas a un congelamiento de sus bienes y a una prohibición de viajar.
Y Arabia Saudita le retiró en marzo la nacionalidad saudita.
Para la ONU y Washington, Hamza bin Laden era una persona peligrosa, capacitada para participar en la reconstrucción de una organización debilitada por la guerra contra el terrorismo lanzada por Estados Unidos desde el 11 de septiembre de 2001 y que en tiempos recientes competía con el EI.
Pero de acuerdo con varios expertos, Al Qaida no se vería mayormente afectada por la desaparición del hijo de su fundador.