Elon Musk, ferviente partidario de Donald Trump en la campaña electoral, anunció que entregará un millón de dólares diarios, ‘al azar’, a un votante inscrito en uno de los siete estados clave que definirán la elección presidencial.
Sin embargo, para participar en el sorteo, los interesados deben firmar una petición conservadora en apoyo a la libertad de expresión y el derecho a portar armas.
Un millón de dólares al día sobre la mesa: la última iniciativa de Elon Musk, dirigida a los votantes de los estados clave, ha generado dudas sobre su legalidad a pocos días de unas elecciones presidenciales estadounidenses muy inciertas, en las que cada voto podría ser decisivo.
La distribución comenzó el sábado en Pensilvania, el más codiciado de los estados clave o “pendulares”, entre los que también están Nevada, Arizona, Carolina del Norte, Michigan, Wisconsin y Georgia. Los candidatos concentran sus últimos esfuerzos en ellos.
Esta lotería diaria del hombre más rico del mundo, totalmente comprometido en su apoyo a Donald Trump desde hace varias semanas, no ha provocado una reacción directa de Kamala Harris.
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“Es muy preocupante”, comentó en cambio el gobernador demócrata de Pensilvania, Josh Shapiro. “Es algo que las autoridades deberían examinar” y que plantea “serias preguntas”, declaró el domingo.
“Queremos asegurarnos de que todos los estados clave escuchen hablar de (la petición) y creo que (esta lotería) lo garantizará”, justificó Musk, patrón de Tesla y Space X, quien opina que este texto no ha sido suficientemente difundido por los grandes medios de comunicación. La petición está a favor de la libertad de expresión y del porte de armas de fuego.
Contraria a la ley
Para la experta en derecho electoral Danielle Lang, la oferta de Elon Musk es problemática y “contraria a las leyes federales” porque “las condiciones de este ‘concurso’ exigen que el beneficiario esté inscrito en los registros electorales de uno de los siete ‘estados clave’, o que se inscriba si aún no lo ha hecho”.
Esta profesora de la Universidad de Georgetown aseguró a la AFP que la lotería podría ser “objeto de acciones civiles o penales por parte del Departamento de Justicia”.
“En cada ciclo electoral, solemos ver empresas que se involucran en actividades dudosas de este tipo, como ofrecer un producto gratuito a quienes muestren una pegatina de ‘He votado’, pero este caso es notable por su escala mucho mayor”, opina también Danielle Lang.
Este es también el argumento de Rick Hasen, profesor de la facultad de derecho de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Este último recuerda en su blog que la ley federal estipula que cualquier persona que “pague, ofrezca pagar o acepte un pago para inscribirse en los registros electorales o para votar” es susceptible de una multa de 10.000 dólares o una pena de cinco años de prisión.
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¿Cruza la línea?
Pero para Brad Smith, expresidente de la Comisión Electoral Federal, estamos en lo que se denomina una típica “zona gris” que coquetea con la legalidad sin cruzar la línea roja.
De hecho, Musk “se salva” porque no paga directamente a las personas para que se inscriban, sino para que firmen una petición, explicó al New York Times.
Tras anunciar su lotería en público, el multimillonario explicó a la multitud que solo tenía una “petición”: “Hablen con sus amigos, su familia, sus conocidos y las personas que encuentren en la calle para convencerlas de votar”.
En las últimas semanas, Musk ha redoblado esfuerzos para apoyar a Donald Trump, subiendo al escenario con el expresidente durante un mitin de campaña y organizando reuniones públicas en Pensilvania. Desde julio, ha acumulado 75 millones de dólares en donaciones.
También ha hecho campaña por Donald Trump desde hace meses a través de su plataforma X, y especialmente desde su cuenta, que tiene más de 200 millones de seguidores y en la que amplifica contenidos controvertidos, incluso desinformación, afines a las ideas defendidas por el candidato republicano.