EscucharMarjorie Fiterman y Bernie Littman se conocieron en un asilo de ancianos de Filadelfia, Estados Unidos, después de que sus dos cónyuges fallecieran.
Esta es una historia de amor que trae una moraleja, esa que indica que nunca es tarde; y, además, una reflexión: quizás sea hora de incluir al amor como una de las fuerzas fundamentales de la naturaleza, junto a la gravedad y el electromagnetismo.
Esta historia empezó, según Clarín, donde todas terminan, en un geriátrico. Allí, donde se cree que solo queda esperar, Marjorie Fiterman y Bernie Littman, los protagonistas de esta trama, descubrieron el inmenso poder del amor, una vez más.
Porque los dos habían amado, y también perdido, ya que sus cónyuges murieron hace años. Pero ellos siguen vivos y coleando y en una residencia de ancianos, donde la vida los depositó, se encontraron y el amor surgió como por arte de magia. ¿Casualidad?
La pareja de tortolitos, luego de transitar un “hermoso noviazgo” de nueve años, decidieron dar el siguiente paso. Se casaron en una ceremonia en su comunidad de jubilados. Y al hacerlo se convirtieron en la pareja de recién casados más viejita del mundo. Así al menos lo asegura el Libro Guinness de los Récords.
Según Clarín, Guinness, cuya organización conserva una base de datos de 40.000 registros que es una fuente constante de fascinación en todo el mundo, Fiterman, de 102 años, y Littman, de 100, podrían haberse conocido décadas antes, mientras ambos asistían a la Universidad de Pensilvania.
Pero ella se dedicó a la docencia y él a la ingeniería, por lo que sus caminos nunca se cruzaron. Cada uno pasó más de 60 años casado con su respectivo primer cónyuge antes de enviudar y mudarse a unas cuantas casas de distancia, uno del otro, al mismo centro de atención para adultos mayores.
La pareja tuvo su primera cita el día en que nació una de las bisnietas de Littman, señala Guinness. Se unieron compartiendo comidas y participando en producciones teatrales organizadas por su centro.
Durante la pandemia de covid-19, que afectó de manera desproporcionada a las personas mayores y sus comunidades, los enamorados se ayudaron mutuamente.
“Tuvieron mucha suerte de haberse encontrado y apoyarse mutuamente”, le dijo a Jewish Chronicle la nieta de Littman, Sarah Sicherman.
“Ambos aman el humor y el intelecto del otro. Se mantienen jóvenes el uno al otro”, agregó Sicherman.
La pareja fue finalmente incluida en el Libro Guinness de los Récords como la pareja de mayor edad en casarse (edad total). Se llevaron el título con una edad conjunta de 202 años y 271 días.
LEA MÁS: OMS le saca canas verdes a los adultos mayores al declarar la vejez una enfermedad
Littman atribuyó más tarde su longevidad y su capacidad para permitir que la felicidad entrara en él a la lectura y a mantenerse actualizado. Por su parte, Fiterman recalcó, en su caso, se debió al buttermilk (suero de leche, en español).
Durante la ceremonia, el rabino Adam Wohlberg evitó ofrecerles el consejo habitual que da a los recién casados, en cambio dijo: “Es seguro decir que lo que cada uno de ustedes sabe y entiende el uno del otro es exactamente lo que les depara el futuro”.
“Y lo que han decidido de amarse uno al otro, bueno, esas cosas no van a cambiar”, cerró.
