Daca, Bangladesh
AP
El papa Francisco instó este sábado a varios sacerdotes y monjas a resistir el “terrorismo de los chismes” porque puede destrozar comunidades religiosas, en uno de sus habituales discursos improvisados para cerrar un viaje a Asia por lo demás tenso y lleno de tacto diplomático.
Como ha hecho en otras ocasiones, Francisco dijo a los religiosos reunidos en la iglesia del Santo Rosario de Daca que renunciaría su discurso preparado de ocho páginas y en lugar de eso les hablaría desde el corazón.
“No sé si será mejor o peor, pero prometo que será menos aburrido” , bromeó.
En los siguientes 15 minutos, Francisco hizo reír a su público combinando los consejos paternales sobre cómo atender las vocaciones religiosas (“con ternura”) con amables advertencias sobre el caos que pueden crear las “bombas” de chismes cuando se combinan con la recluida vida clerical.
“¿Cuántas comunidades religiosas se han visto destruidas por un espíritu de chisme?” , preguntó Francisco, añadiendo que hablaba desde la experiencia personal. “Por favor, mordeos la lengua” .
El primer papa jesuita de la historia ha lamentado a menudo el daño que pueden causar los chismorreos a la Iglesia, donde los votos de obediencia, la estricta jerarquía y las comunidades cerradas pueden fomentar los celos y el resentimiento.
Es un mensaje que Francisco ha llevado a parroquias sumidas en divisiones y a la cúpula de la Iglesia católica. Su discurso más conocido fue en la felicitación de Navidad a la burocracia vaticana en el 2014, cuando incluyó el “terrorismo del chisme” como uno de los 15 males que sufrían sus colaboradores más cercanos. La lista también incluía el “Alzheimer espiritual” y la “patología del poder” .
La versión en Bangladesh fue más alegre en el tono, y muchos de los asistentes asintieron mientras Francisco hacía una broma tras otra para transmitir su mensaje.
Fue un final lleno de humor para un tenso viaje diplomático, en el que Francisco mantuvo un silencio público sobre la crisis de refugiados de los rohinya durante su estancia en Myanmar solo para abordarlo de frente en Bangladesh con un emotivo encuentro con varios refugiados.
“La presencia de Dios hoy también se llama rohinya” , dijo a un grupo de 16 refugiados que habían viajado a Daca desde Cox’s Bazar.
Más de 620.000 rohinya han desbordado los campos de refugiados en ese distrito fronterizo con Myanmar tras huir de lo que Naciones Unidas considera una campaña de limpieza étnica por parte del ejército de Myanmar.
El último acto del pontífice en Bangladesh fue un encuentro con jóvenes, antes de subir al avión para regresar a Roma y ofrecer su tradicional rueda de prensa durante el vuelo.