En su llegada al parque O'Higgins en Chile, para realizar la misa, al papa Francisco le lanzaron un periódico y se lo pegaron en la cara.
El sumo pontífice, quien iba en el papamóvil, ignoró el periodicazo y siguió saludando a los feligreses.
La policía arrestó a docenas de manifestantes cerca de una plaza donde el papa Francisco está celebrando la primera misa campal de su visita a Chile.
Un fotógrafo de The Associated Press en la escena observó a la policía detener a decenas de personas que marchaban hacia la Plaza O’Higgins.
La policía disparó gas lacrimógeno el martes al grupo de unas 100 personas, que se encontraban a pocas cuadras de la plaza. Las autoridades han estimado cerca de 400.000 para la misa. Después de rociar el gas, la policía hizo los arrestos.
Los manifestantes portaban pancartas con mensajes como “ ¡No nos importa el Papa! ” . El lunes, varios grupos dijeron que planeaban marchar y protestar durante la misa.
Chico pidió perdón
El papa Francisco manifestó este martes su “dolor” y “vergüenza” por el “daño irreparable” que los abusos por parte de los ministros de la Iglesia causaron en muchos niños, así lo dijo en su primer discurso en su visita a Chile.
“No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia”, dijo el pontífice en medio de fuertes aplausos en el palacio de La Moneda, donde fue recibido por la presidenta Michelle Bachelet.
En Chile, casi 80 religiosos abusaron de menores, según una lista distribuida la semana pasada por la ONG estadounidense Bishop Accountability (que desde 2003 se dedica a publicar los archivos de abusadores dentro de la Iglesia Católica).
Uno de los casos más emblemáticos que marcaron a la sociedad chilena es el del sacerdote Fernando Karadima, denunciado en 2010 por varias víctimas. Para la justicia chilena el caso prescribió y el Vaticano lo declaró culpable de abuso sexual y lo condenó a retirarse “a una vida de oración y penitencia”.
“Es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir”, dijo el papa, bajo una fuerte presión de las organizaciones civiles para que la Iglesia actúe y destierre al religioso.
Pero, para las víctimas, pedir perdón “no es suficiente”. “Necesitamos actos concretos que el papa no toma en la Iglesia chilena contra los abusadores”, dijo Juan Carlos Claret, vocero de la asociación de laicos de Osorno, que lucha por que se expulse al obispo Juan Barros, señalado como encubridor del caso Karadima.
En las vísperas de su llegada a Chile, la presión había crecido en Chile contra Francisco quien al asumir el papado en marzo de 2013, prometió tolerancia cero con los abusos.
En su esperado discurso, Francisco también hizo mención a otros temas que le preocupan, como son los indígenas, los migrantes, el medio ambiente o los jóvenes.
Sobre los pueblos originarios, con los que se reunirá el miércoles en la localidad de Temuco, Francisco pidió que se les “escuche” y se respeten sus derechos y su cultura y aseguró que de ellos “podemos aprender que no hay verdadero desarrollo en un pueblo que da la espalda a la tierra y a todos los que la rodean”.
También pidió “escuchar” a los migrantes que “llaman a las puertas de este país en busca de mejora y, a su vez, con la fuerza y la esperanza de querer construir un futuro mejor para todos, para los jóvenes, los ancianos o los niños".
Tras este acto, el papa se dirigió al parque O’Higgings donde más de 350.000 personas aguardaban desde la madrugada para participar en una de las misas más multitudinarias que se esperan en las tres ciudades que visitará en Chile, antes de emprender desde Iquique su gira a Perú el jueves por la tarde.
El programa del pontífice en Santiago está cargado de actividades, entre ellas destaca una visita a una cárcel de mujeres, un encuentro con religiosos en la Catedral de Santiago, una visita privada al santuario de San Alberto Hurtado y un encuentro con jóvenes.