Cada 6 de enero se celebra a los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes se encontraron gracias a una estrella fugaz que les marcó el camino hacia el pesebre donde Jesús recién nacido residía. Se trata de una jornada ideal compartir esta historia religiosa con los niños.
Cuenta la historia que hace muchos años existían tres reyes que eran muy sabios y que tenían la capacidad de poder leer los cielos y los mensajes de las estrellas y es por esto que se dice que eran magos. Cada uno de los reyes provenía de un lugar distinto
Melchor era de Europa y tenía una larga barba blanca. Gaspar vivía en Asia y usaba barba y cabello castaños, y Baltasar tenía tez oscura y provenía de África. Ninguno se conocía entre sí, pero compartían las mismas costumbres: pasaban noches enteras mirando el cielo y las estrellas. Fue así como se encontraron con una estrella fugaz que tenía algo especial: brillaba más que todas.
Los tres quedaron fascinados y decidieron viajar hacia el horizonte para verla más de cerca. Cada uno, sobre su camello, pasó días siguiendo la estrella hasta que finalmente se encontraron los tres en el camino.
Los reyes se volvieron grandes compañeros y hablaron acerca de la increíble estrella que brillaba en el cielo. Todos llegaron a la misma conclusión. Esa estrella anunciaba el nacimiento de un nuevo rey.
Siguiendo la estrella, Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron a Belén. El astro se posó exactamente sobre la humilde morada en la que María , acompañada de José , dio luz a su hijo. Fue así como los Reyes Magos pudieron llegar a ellos.
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La importancia que tuvieron los Reyes Magos en el nacimiento de Jesús consiste en que fueron los primeros (sin contar a sus padres) que comprendieron cuál era el rol que el niño ocuparía en la vida. Para honrar al rey de reyes, los tres magos se encargaron de llevar regalos a la altura de las circunstancias. Melchor obsequió oro, Gaspar aportó incienso y Baltasar hizo lo mismo con mirra.
Puede que esto hoy en día resulte poco, pero en aquella época eran obsequios muy especiales y distintivos, que hablaban mucho de quién los hacía y aún más de quién los recibía.
Los reyes tuvieron mucho cuidado de no despertar al pequeño Jesús y dejaron sus regalos a los pies del pesebre.
Fue el 6 de enero cuando llegaron a Belén y conocieron a Jesús. Desde entonces, una vez por año los Reyes Magos homenajean a los niños de todo el mundo y lo hacen sin pedir nada a cambio.
Y para conmemorarlo les compartimos unas fotos de cómo se vivió la fiesta en Nueva York y en Puerto Rico.