Una caminata por la playa de Peterborough, en Victoria, Australia, se convirtió en una experiencia inolvidable cuando Tony, un residente local, encontró una botella verde cubierta de conchas marinas.
Este peculiar objeto, hallado recientemente, no solo había recorrido más de 13.000 kilómetros desde Brasil durante 16 años, sino que también encerraba un mensaje que despertó la curiosidad de muchos. “Gracias por recuperar esta botella y tomarse el tiempo para ver qué había dentro. Para que valga la pena participar en mi experimento, le enviaré 20 dólares (unos 10 mil colones) al recibir este mensaje”, decía el papel.
Joe Johnson, un apasionado de los viajes marítimos y experimentos poco convencionales, compartió que había lanzado numerosas botellas similares durante sus recorridos en crucero, con el propósito de estudiar hasta dónde podrían viajar con la ayuda de las corrientes oceánicas.
“Mi esposa y yo hemos estado en muchos cruceros. No recuerdo esta botella específica, pero es increíble saber que terminó en Australia”, comentó Johnson durante una entrevista con ABC Radio Melbourne.
El descubrimiento sorprendió al autor del mensaje, quien prometió enviar los 20 dólares al hombre que la encontró, cumpliendo con lo prometido en su carta. La noticia rápidamente se difundió en redes sociales, donde usuarios celebraron el hallazgo. Comentarios como “¡Qué fantástico! ¡Me encantó esto!” y “¡Es un descubrimiento fascinante! Pensar que sobrevivió 16 años en el océano”, reflejaron el asombro generalizado.
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Una botella de 200 años
Un grupo de estudiantes voluntarios hizo un descubrimiento fascinante mientras trabajaba en un yacimiento arqueológico en el norte de Francia, cerca de los acantilados de Dieppe. El pasado 16 de septiembre, durante las excavaciones, hallaron una pequeña botella de vidrio con una antigüedad estimada de 200 años, la cual contenía un mensaje escrito por un arqueólogo.
La botella fue encontrada dentro de una olla de barro enterrada, en un área que había sufrido una notable erosión debido a su ubicación al borde de los acantilados. Guillaume Blondel, quien lidera el equipo arqueológico de la ciudad de Eu, explicó que el descubrimiento fue completamente inesperado. “Sabíamos que había excavaciones en el pasado, pero encontrar un mensaje de hace dos siglos fue algo sorprendente”, comentó Blondel a BBC News, que reportó primero esta noticia.
El mensaje, escrito en enero de 1825, estaba firmado por PJ Féret, un arqueólogo local. Enrollado cuidadosamente y protegido dentro de la botella, el papel se mantuvo en buen estado.
Cuando el equipo desenrolló la nota, pudieron leer: “PJ Féret, nativo de Dieppe, miembro de varias sociedades intelectuales, realizó excavaciones aquí en enero de 1825. Continúa sus investigaciones en esta extensa área conocida como la Cité de Limes o el Campo de César”.