Que el estar constantemente estresado, alterado o ansioso puede llevar al desarrollo de la hipertensión es una creencia extendida hace décadas.
Pero ahora una nueva investigación internacional descubrió que el estrés puede ser un síntoma de presión arterial elevada y no una causa, como se suele creer.
Científicos de la Universidad Jiao Tong de Shanghái (China) estudiaron la relación y confirmaron que la presión arterial elevada influye directamente en el ánimo. Esto significa un cambio de paradigma, opinan médicos locales. Y sugiere que los pacientes podrían estar atentos a sensaciones de estrés y evaluar la visita a un médico para chequear sus niveles de presión.
“La presión arterial es un vínculo entre el cerebro y el corazón y, por lo tanto, es posible que se promueva el desarrollo de rasgos de personalidad o ciertos estados anímicos”, comentó Lei Cai, investigador de la Escuela de Ciencias Biológicas y Biotecnología de la Universidad Jiao Tong de Shanghái y autor principal del estudio.
Arterias y genes
Para entender mejor esta asociación, Cai y su grupo de investigación analizaron las lecturas de presión arterial y los datos genéticos de 735.650 personas de Europa.
Posteriormente, compararon esa información con datos de estados psicológicos, como ansiedad, depresión y neuroticismo. Y aplicaron una novedosa técnica llamada aleatorización mendeliana, en la cual se analizan variantes genéticas para dilucidar si un factor específico causa un resultado concreto.
Al final, informaron los investigadores, ese análisis reveló que había una relación causal clara entre niveles elevados de presión diastólica (la cifra más baja en la toma) y el neuroticismo, un estado continuo de preocupación y tensión.
Esto no se considera un trastorno en sí mismo, pero sí se sabe que es un factor contribuyente a alteraciones del ánimo. En ese sentido, los autores del trabajo comentaron: “Las personas con neuroticismo desarrollan fácilmente sensaciones de preocupación y hostilidad y experimentan con más frecuencia un alto nivel de estrés mental”.
De allí que los investigadores estimen que la hipertensión provoque la sensación de estrés y que este puede ser entonces un síntoma de la enfermedad y no la causa.
De hecho, plantean que, según lo observado en su análisis, el manejo de la presión por medio de intervenciones de estilo de vida podría ayudar a reducir la sensación de estrés.
Mauricio Fernández, cardiólogo de Clínica Alemana que revisó el estudio, dice que se trata de un trabajo “muy interesante y muy bien hecho”. De acuerdo con el doctor, se trata de nuevas pistas que ayudan a entender mejor la relación entre la presión arterial y el estrés.
“Lo que ellos ven es que aquellas personas con altos niveles de estrés tienen también un gen asociado a la hipertensión diastólica. Entonces hacen el análisis genético de causalidad y dicen que cuando se manifiesta ese gen y se desarrolla la hipertensión, eso lleva a que la persona sienta más estrés”, explica el especialista.
Más estudios
Fernández opina, eso sí, que aún se necesitan más estudios de este tipo para seguir comprobando estos resultados en múltiples poblaciones y de distinto origen.
Jorge Jalil, cardiólogo y académico de la Escuela de Medicina de la Universidad Católica, comenta que se trata del primer estudio que presenta al estrés como posible síntoma de hipertensión y que “se trata de un planteamiento válido y que vale la pena considerar”. Sin embargo, Jalil coincide en que se requieren más investigaciones que confirmen o repliquen estos hallazgos.
Lo anterior, dice, tomando en cuenta que el estudio se realizó con técnicas “bastante sofisticadas de informática y análisis genético”.
El médico agrega: “Además, un paciente hipertenso puede tener mayores niveles de catecolaminas (neurotransmisor) y de cortisol circulando en el cuerpo. Eso podría explicar los síntomas de estrés, pero esto se debe seguir estudiando”.
Cuándo consultarEl doctor Jalil recomienda a todos los pacientes que experimentan niveles de estrés que afecten su calidad de vida que acudan a consulta con su médico de cabecera. “Nosotros vemos pacientes que están estresados y que llegan con taquicardia y muchos pueden tener hipertensión arterial”, comenta el especialista.
“En este último caso se aconseja consultar a su médico general, un internista o a su cardiólogo”, puntualiza.