París, Francia
AFP
La hembra del cuco común, conocida por zafarse de su deber materno repartiendo y escondiendo sus huevos en los nidos de otros pájaros, es todavía más pícara de lo que se creía, según un estudio divulgado el lunes.
El cucú gris hace incubar sus huevos a otras especies. La hembra deposita uno por nido (puede tener entre 8 y 25 por temporada).
El intruso, una vez que sale del huevo, hace caer del nido al resto de polluelos, para aprovechar plenamente del alimento aportado por sus padres adoptivos.
Los investigadores de la Universidad de Cambridge, cuyo estudio fue publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, descubrieron que tras poner un huevo, la hembra distrae además al propietario del nido, asustándolo al imitar el canto del gavilán, un depredador.
Al emitir este sonido, el cuco “incrementa el éxito del parasitismo, distrayendo la atención de los padres adoptivos”, detallaron.
Tras silbar como un gavilán y lograr su objetivo, la madre abandona el huevo.
Para evitar que la descubran - lo que supondría que el huevo impostor sería echado fuera del nido -, el cuco ha desarrollado varias artimañas, como poner uno del mismo color que los de la especie elegida.
Este pájaro además actúa con “un secretismo y una rapidez destacables” cuando deposita el huevo, según los investigadores.