Internacionales

Dramáticos tsunamis de plástico

Mares de Asia emplastican al planeta. Si no hacemos nada de aquí al 2025 habrá 250 millones de toneladas de residuos en las aguas mundiales

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Thanh Hòa, Vietnam,

AFP

Este mural, en Santiago de Chile, de un surfeador en medido de bolsas y botellas de plástico busca llamar la atención sobre la contaminación del oceáno. No solo los mares de Asia están llenos de muerte / AFP PHOTO / CLAUDIO REYES (CLAUDIO REYES/AFP)

En Vietnam, las bolsas de plástico cubren los manglares, en Tailandia una ballena murió tras haber tragado 80 de estas bolsas, y las islas indonesias pierden a veces su aspecto paradisíaco. En Asia, los efectos de la contaminación por plástico son dramáticos.

China, Indonesia, Filipinas, Tailandia y Vietnam echan cada año más de cuatro millones de toneladas de plástico en los mares del planeta, esto es, la mitad de la cantidad total, según la oenegé Ocean Conservancy.

Si no se hace nada para evitarlo, de aquí a 2025 habrá 250 millones de toneladas de residuos plásticos en las aguas mundiales, aseguran los investigadores.

“Estamos de lleno en una crisis de contaminación por plástico, vemos en todas partes, en nuestros ríos, en nuestros océanos, en todas partes”, se preocupa Ahmad Ashov Birry, activista de la oenegé Greenpeace en Indonesia, coincidiendo con el Día Mundial del Medio Ambiente, este 5 de junio.

China, Indonesia, Filipinas, Tailandia y Vietnam están también entre los países con mayor crecimiento en Asia, con economías basadas en gran medida en la producción de plástico. Esto y la falta de un sistema de recolección y reciclaje adecuado provoca una importante polución.

Los habitantes, especialmente quienes viven de la pesca, pagan las consecuencias de la proliferación de plásticos en la naturaleza. En Vietnam, Nguyen Thi Phuong ha visto cómo la zona donde salía a faenar se ha convertido en un vertedero a cielo abierto con el paso de los años.

“Está tan contaminado, no es sano para los niños”, explica esta mujer al regresar de su pesca matutina bajo un sol abrasador, envuelta en un olor a basura y pescado.

“Para nosotros es difícil atrapar gambas y peces”, explica otro pescador, Vu Quoc Viet, que debe retirar los residuos de plástico atrapados en sus redes.

En el manglar vecino, un ecosistema frágil de marismas típico de las regiones tropicales, otros pescadores rebuscan crustáceos en el fango, sin prestar atención al mar de residuos y bolsas de plástico que constituye su entorno de trabajo.

En Tailandia una ballena murió tras haber tragado 80 bolsas de plástico. La batalla por salvar los animales marinos cada vez es más intensa. / AFP PHOTO / THAIWHALES / - (-/AFP)

Un informe reciente de la oenegé World Animal Protection señala la peligrosidad de las redes de pesca abandonadas en el mar, que forman parte de los contaminación por plástico.

En Tailandia, una ballena murió a principios de junio. Los veterinarios encontraron más de 80 bolsas de plástico en su cuerpo, último ejemplo de las consecuencias nefastas de esta polución que solo “es la parte visible del iceberg”, según John Tanzer, de la oenegé WWF.

“La contaminación de nuestros océanos es tan grande que afecta a todos los niveles del ecosistema, desde los animales más pequeños hasta las ballenas”, lamenta.

Y las micropartículas de esos plásticos se desintegran con el paso del tiempo y acaban también en el agua que millones de asiáticos beben cada día.

La oenegé Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza está llevando a cabo un estudio mundial sobre los efectos de esas partículas cuyas consecuencias para la salud todavía se desconocen.

Nadar en aguas limpias, como lo hace el experto Ben Lecomte, quien quiere cruzar todo el Pacífico, cada vez será más difícil. (Ben Lecomte group A.K.K The Longest Swim via AP) (Ben Lecomte group A.K.K The Longest Swim/AP)

Ya sea en China, en Indonesia, en Filipinas, en Tailandia o en Vietnam, la recolección de los desechos es deficiente: menos de la mitad de los residuos se recogen correctamente en esos países.

En una sociedad de consumo acostumbrada al plástico, la educación de los ciudadanos asiáticos, que todavía no adoptaron las bolsas reutilizables en los supermercados, es uno de los cambios claves para lograr una mejora de la recolección de basura, según los expertos.

China, la segunda economía mundial, prohibió el año pasado la importación de desechos plásticos, rechazando ser el vertedero del mundo. Pero la inmensa mayoría de los residuos públicos en China son producidos por su propia población.

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