Siempre tenían la droga enterrada. Por eso, la policía se iba con las manos vacías cada vez que realizaba una redada. Así fue durante los últimos seis meses. Pero eso comenzó a cambiar, después de una larga temporada de sequía, con las fuertes lluvias de los últimos días.
Las precipitaciones comenzaron a remover la tierra, y el escondite de los narcos dejó de ser fiable. Movieron los paquetes, y los detectives federales, que escuchaban sus conversaciones, se enteraron. Y dieron el golpe: allanaron una casa de la ciudad de Santo Tomé, en Santa Fe, Argentina, y encontraron nueve bolsas que contenían casi diez kilos de cocaína.
Según informaron fuentes policiales, un hombre de 33 años, identificado como Iván Ezequiel M., fue detenido en el marco del operativo bautizado Pozo Blanco, justamente porque, a través de escuchas y seguimientos, los agentes federales había detectado que el narco había acopiado el estupefaciente en una casa luego de desenterrarla de varios escondites debido a las lluvias de los últimos días y a las pronosticadas para las jornadas siguientes.
En una vivienda de la calle Azcuénaga al 2200, en Santo Tomé, el traficante escondía nueve bolsas que contenían 9,715 kilos de cocaína, una pistola calibre .380, un revólver calibre .38, dos teléfonos celulares y una balanza de precisión.
El procedimiento coronó una investigación que se inició en septiembre del año pasado con la intervención de la Fiscalía Federal N°1 de Santa Fe. Las tareas de inteligencia, que incluyeron escuchas telefónicas, permitieron un primer allanamiento el 18 de enero pasado, aunque en esa oportunidad solo se habían secuestrado tres gramos de cocaína, además de cinco kilos de marihuana.
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Pero, esta vez, Iván Ezequiel M. fue sorprendido con casi 10 kilos de cocaína, que desenterró de diferentes escondites debido a las lluvias registradas en los últimos días.
Voceros del caso señalaron que las escuchas telefónicas autorizadas por la Justicia permitieron saber que el acusado se había comunicado con otros integrantes de la banda para decirles que debían extraer la cocaína y ponerla a resguardo ante la posibilidad que se arruinara, en caso de mojarse.
Por la misma investigación, se realizó un allanamiento en otra casa, en la calle 12 de Septiembre al 600, en el barrio El Caquero, donde se secuestraron 80 gramos de cocaína.