AP y AFP
Roma, Italia
Bajo la llamada operación "Johnny" las autoridades italianas, con más de 500 policías, desmantelaron este lunes un corrupta red encabezada por un sacerdote, el jefe de un grupo de voluntarios católicos llamado “Piedad”, más el complemento de la peligrosa mafia calabresa 'Ndrangheta'.
En total 68 personas fueron detenidas por hacer fiesta con los dineros destinados al mayor centro de acogida de emigrantes de Europa, Isola Capo Rizzuto, en Calabria, y con capacidad para atender entre 1.200 y 1.500 personas.
“El centro de bienvenida para los inmigrantes y 'Piedad' eran el cajero automático de la mafia” , dijo incrédulamente el general de carabineros Giuseppe Governale al anunciar los arrestos.
Investigadores determinaron que el clan Arena, de la mafia 'ndrangheta de Calabria, se había asegurado un contrato para darle servicios al centro para inmigrantes en la última década, gracias en parte a sus vínculos con “Piedad” y su jefe, Leonardo Sacco, de 35 años, quien figura entre los detenidos. El se desempeña como director de la asociación católica La Fraternidad de la Misericordia, y administrador del centro.
Sacco es un italiano encumbrado y su arresto tiene implicaciones políticas dada la cantidad de gente - políticos e incluso el papa Francisco - que se han fotografiado con él.
La policía dijo que el reverendo Edoardo Scordio, sacerdote de una parroquia afiliada a “Piedad” , fue el “organizador de un verdadero sistema de explotación de fondos públicos destinados a servicios de emergencia para inmigrantes”.
Solo en el 2007, Scordio se quedó con 132.000 euros gracias al uso de facturas falsas y los servicios espirituales que ofreció a los refugiados, dijo la policía.
"Les daban de comer a los inmigrantes lo que generalmente se da a los cerdos (...) El dinero que obtenían así lo invertían en la compra de teatros, cines, apartamentos, automóviles, yates y terrenos", enfatizó el procurador Nicola Gratteri.
Las autoridades dijeron que “Piedad” subcontrató servicios de banquetes administrados por el clan Arena, que defraudó al centro con unos 36 millones de euros ($39,5 millones) de los 103 millones en fondos públicos destinados para el cuidado de inmigrantes entre el 2006 y 2015.
Parte de la estafa era cobrar por más comida de la que entregaban. Luego usaban ese dinero para comprar terrenos, carros y yates, dijo el fiscal Nicola Gratteri.
La investigación se inició tras las denuncias presentadas por la baja calidad de los servicios prestados a los migrantes (alojamiento, comida, etc.), al no corresponder con el monto de los aportes brindados por el Estado.
Italia, uno los países que recibe más personas que han atravesado el Mediterráneo para huir de las guerras y el hambre en África, aloja actualmente a unos 175.000 migrantes en varios centros repartidos por todo su territorio.
El Estado italiano asigna un promedio de 35 euros al día por migrante con el fin de cubrir sus necesidades básicas, desde alojamiento y comida hasta actividades de apoyo psicológico, lo que ha despertado el apetito de las organizaciones criminales.
Según los investigadores, la mafia calabresa, a través de la asociación católica, se apropiaba también de los fondos para otros centros de la zona, e inclusive de los de la isla de Lampedusa, que de el primer recibimiento.