Dubái, Emiratos Árabes Unidos
AP
Arabia Saudí ejecutó y crucificó a un hombre de Myanmar condenado por el asesinato de una mujer y otros delitos.
La agencia estatal Saudi Press Agency dijo que la ejecución se realizó en la ciudad santa musulmana de La Meca.
Elias Abulkalaam Jamaleddeen entró a la casa de una mujer de Myanmar, disparó un arma y luego la mató a puñaladas. Robó en la casa y en otra intentó una violación y robó armas y municiones.
Las cortes ratificaron la condena y el rey Salman respaldó la ejecución.
Arabia Saudí es uno de los países donde se realizan más ejecuciones. Las crucifixiones _en las que se decapita al condenado y se exhibe su cuerpo_ son inusuales.
La fuerte condena se dio en medio de una batalla de relaciones diplomáticas con Canadá por los derechos humanos.
Arabia Saudita, gobernada por su interpretación de la ley islámica, raramente lleva a cabo crucifixiones, pero la pena capital sigue siendo común.
Los crímenes en Arabia Saudita como la homosexualidad y la asistencia a mítines antigubernamentales han llevado a condenas a la crucifixión. A diferencia de las crucifixiones bíblicas efectuadas por los romanos contra los cristianos en la antigüedad, las crucifixiones saudíes generalmente implican exhibir un cadáver decapitado en público en una cruz.
La ejecución se produjo durante una disputa cada vez más profunda entre los dos países provocada por las críticas de Canadá a la detención de activistas por parte de Arabia Saudita.
Canadá pidió el viernes pasado a Arabia Saudita que libere a las defensores de los derechos de las mujeres detenidas en el país, lo que provocó una dura respuesta del reino.
Las autoridades de Arabia han criticado a Canadá por arrestar a una persona que niega el Holocausto (exterminio de judíos durante la II Guerra Mundial). Los expertos en televisión han sacado a colación la cantidad de suicidios de Canadá.
Y los medios saudíes dieron un giro decididamente peligroso el lunes cuando parecían amenazar a Canadá con un ataque al estilo de las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de setiembre al tuitear un gráfico con la imagen de un avión que volaba hacia el horizonte de Toronto.
La monarquía absoluta que gobierna Arabia Saudita controla estrictamente la transmisión de los medios de comunicación dentro de sus fronteras, así como su mensaje de política exterior.
En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita describió el llamado de Canadá para liberar a defensores de los derechos de las mujeres como “una injerencia flagrante en los asuntos internos del Reino”.
El ministerio pasó a amenazar con vagas represalias contra Ottawa.
“Cualquier paso posterior del lado canadiense en esa dirección se considerará un reconocimiento de nuestro derecho a interferir en los asuntos internos de Canadá”, dijo.