La baja tasa de natalidad de Japón y el envejecimiento de su población son un riesgo urgente para el país, dijo este lunes el primer ministro, Fumio Kishida, que prometió hacer frente a este asunto creando una nueva agencia estatal.
La tasa de natalidad está a la baja en muchas naciones desarrolladas, pero en Japón el tema es particularmente grave porque es el segundo país del mundo con una mayor proporción de personas de más de 65 años, después de Mónaco, según datos del Banco Mundial.
“El número de nacimientos cayó por debajo de 800.000 el año pasado, según estimaciones”, dijo Kishida a los legisladores en una declaración al inicio de la sesión parlamentaria.
“Japón está al límite de poder seguir funcionando como sociedad”, afirmó el primer ministro.
El jefe del ejecutivo prometió “centrar la atención en políticas relativas a los niños y la infancia como un tema que no puede esperar y que no puede ser pospuesto”.
El líder conservador dijo que estas políticas, que incluyen el lanzamiento en abril de una Agencia para la Infancia y la Familia, están orientadas a apoyar a los padres para asegurar la sustentabilidad de la tercera economía mundial.
Kishida agregó que en algún punto quiere que el gobierno duplique el gasto que dedica a programas relacionados con la infancia.
“Debemos construir una economía social que de prioridad a la infancia para revertir la (baja) tasa de natalidad”, dijo.
Japón tiene una población de 125 millones de personas y desde hace tiempo tiene problemas para gestionar el creciente número personas mayores.
Las tasas de natalidad están en desaceleración en muchos países, incluyendo países vecinos de Japón, debido a varios factores como el alto costo de la vida, la entrada de las mujeres a la fuerza laboral y la decisión de las personas de tener hijos más tarde.
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Según datos oficiales, el año pasado la población de China se redujo en 2022, por primera vez en seis décadas.