La epidemia del coronavirus golpea a las empresas de todo el mundo, amenazando de forma duradera sus actividades e incluso, en algunos casos, la supervivencia de algunas de ellas.
Varios mastodontes industriales, sobre todo en el sector del automóvil, han tomado medidas para limitar o suspender su producción.
El fabricante francés PSA cierra todas sus plantas de producción en Europa. Renault también suspende su producción en las plantas de Francia y España hasta nueva orden.
Lo mismo ocurre con el fabricante italo-estadounidense Fiat Chrysler (FCA), que cierra "la mayoría de sus fábricas europeas" hasta el 27 de marzo, en Italia, en Serbia y en Polonia. Ello significa una tercera parte de su capacidad de producción, según la agencia italiana Radiocor.
Gucci (grupo Kering) cerró todos sus centros de producción hasta el 20 de marzo; Ferrari ha hecho lo mismo hasta el 27 de marzo con sus fábricas de Maranello y Módena, igual que los astilleros navales Fincantieri que han cerrado todos su centros italianos hasta el 29 de marzo.
El grupo francés Michelin decidió por su lado interrumpir la producción de sus fábricas durante "al menos una semana" en España, Francia e Italia. Ello afecta a más de 20.000 empleados en 21 fábricas.
Al haber suspendido su producción en varios países, Michelin declaró el lunes "analizar los procedimientos de indemnización" para los empleados "en función de los dispositivos en cada país".
Como Fincantieri, que ha pedido a sus trabajadores que recurran de forma anticipada a sus vacaciones estivales, la compañía rusa Aeroflot pidió a sus empleados que se tomen las vacaciones retrasadas.
La compañía de bajo coste Ryanair, que anticipa una reducción de su oferta del 80% para abril y mayo, va a congelar contrataciones y proponer "salidas voluntarias" y "suspensiones temporales de contrato, así como reducciones significativas de las horas de trabajo".
En Barcelona (noreste de España) las fábricas de los fabricantes automotores Seat y Nissan han dejado de funcionar este lunes y hasta nueva orden debido a las dificultades de suministro.
Air France-KLM, que anunció que iba a reducir su oferta de 70 a 90% en los dos próximos meses, va a "consultar a las instancias representativas" del personal sobre las medidas a adoptar "teniendo en cuenta los impactos del descenso de la actividad, como la implementación de actividad parcial".
El grupo Air France-KLM, que prevé una "actividad financiera fuertemente degradada" para 2020, intenta "garantizar su tesorería" con 200 millones de euros de ahorro en 2020, o mediante una reducción de 350 millones de euros de su plan de inversiones para 2020.
Por su lado el líder mundial del turismo, con 70.000 empleados, el grupo alemán TUI, retiró su previsión de resultados para el conjunto del ejercicio efectuado en febrero, sin mayores explicaciones. También anunció medidas "drásticas" de reducción de costes.
TUI, que ha suspendido "la mayor parte" de sus actividades de turismo, ha pedido además "préstamos garantizados por el Estado hasta que la actividad se reanude normalmente".
El gobierno alemán ha prometido una partida "sin límite" de préstamos distribuidos por un banco público, KfW, que dispondrá de una reserva de 550.000 millones de euros.
El grupo Lufthansa podría pedir ayudas del Estado en los países europeos donde opera, en Alemania, pero también Bélgica, Suiza y Austria. La compañía podría vender parte de su flota, 86% de la cual es de su propiedad, un elevado porcentaje en un sector en el que se alquila mucho.
Por su lado Air France-KLM tiene la particularidad de tener a dos Estados en su capital, Francia y Holanda. El grupo recibió “positivamente” las declaraciones de ambos Estados que estudian “todas las condiciones para apoyar” a Air France-KLM.