Una biblioteca en un sótano de la ciudad sueca de Norrköping recopila artículos, libros y testimonios sobre fenómenos paranormales, incluyendo relatos de personas que aseguran haber viajado a Venus o a la Luna, una colección que atrae a historiadores y curiosos de todo el mundo.
Clas Svahn, de 65 años, y Anders Liljegren, de 73, no son creyentes ni supersticiosos y se definen como “investigadores de lo desconocido” al presentar sus investigaciones sobre fenómenos “inexplicables”.
Los libros constituyen la mayor parte del material, que incluye también testimonios originales grabados en cintas magnéticas y fotografías de espectros, todo ello expuesto por la asociación Archivos de lo Inexplicable en un espacio de 700 m2.
“Es un depósito de conocimiento”, explica Svahn, asegurando que su biblioteca improvisada es la más grande de este tipo en el mundo.
“Intentamos obtener la mayor cantidad de información posible sobre misterios científicos sin resolver para ponerlos a disposición del mundo”, añade.
Afirma recibir la visita de unas 300 personas al año.
Estos archivos están siendo digitalizados, y una gran parte de las piezas ya está disponible en un servidor, a condición de tener los códigos de acceso, que los custodios están encantados de compartir.
Greg Eghigian, profesor de historia y bioética en la universidad estatal de Pensilvania, cruzó el Atlántico para visitar el sitio, en el marco de sus investigaciones para un libro sobre la historia del fenómeno “ovni”.
“Trabajé en innumerables archivos en Europa, Estados Unidos y el Reino Unido. Pero mi estancia aquí fue sin duda la más fascinante y productiva”, comenta a la AFP.
“En mi opinión, no se puede estudiar el tema en profundidad sin consultar este fondo”, destaca.
Impacto en la sociedad
Durante mucho tiempo estigmatizado, el famoso “objeto volador no identificado”, o ovni, se va abriendo paso en la investigación científica. A mediados de septiembre, la NASA publicó un informe con recomendaciones sobre cómo estudiarlos rigurosamente en el futuro.
En el local dedicado a estos fenómenos aeroespaciales inexplicables, Svahn hojea las páginas amarillas de un libro de portada roja.
La obra es una edición clandestina de expertos en ovnis de la URSS y es un texto mecanografiado del cual solo hay siete u ocho copias originales.
“No sabían lo que veían, pero en realidad se trataba de lanzamientos de cohetes” desde el cosmódromo de Plesetsk, asegura el apasionado que comprendió el contenido del libro con la ayuda de personas de habla rusa.
Los archivos de esta enorme biblioteca están llenos de historias sorprendentes, como la de Victor Hugo durante su exilio político en la isla de Jersey frente a las costas francesas, destacada en una exposición en el museo de arte de Norrköping.
En sus notas antes de escribir las “Mesas rotatorias de Jersey”, publicadas póstumamente en 1923, el escritor describió los contactos que había tenido con su hija fallecida.
Estos escritos dieron origen a una nueva religión observada por varios millones de seguidores en Vietnam, explica el curador de la exposición Magnus Bärtås.
Un fresco de Victor Hugo adorna hoy la pared de un templo a unos diez kilómetros al norte de la ciudad de Ho Chi Minh.
Al acumular todos estos datos sobre lo anormal, la mediateca artesanal “cubre también el folclore y las creencias”, subraya Svahn, insistiendo en que los archivos no se limitan a los ovnis.
“El material pone en evidencia el impacto que tienen estos fenómenos en la sociedad en todo el mundo y en la vida de las personas”, relata.
Las creencias evolucionan de generación en generación y lo que antes era supersticioso y rechazado, ahora ya no lo es.
La artista Ida Idaida pasó un mes investigando los archivos subterráneos del recinto para crear su obra, una gigantesca estructura de madera negra.
Se inspiró en las experiencias de mujeres brujas, extraídas de libros. Según ella, sus conocimientos fueron despreciados a lo largo de la historia.
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Para Bärtås las personas cuya experiencia y testimonio no son tomados en serio “encuentran aquí un espacio”.
“Si algo es extraño o inexplicable, no hay que rechazarlo, debemos estudiarlo y ser abiertos”, sostiene.