Sarah Gilbert es una eminencia de la Universidad de Oxford, Inglaterra, donde se trabaja sin descanso en la búsqueda de una vacuna efectiva contra el nuevo coronavirus.
La científica es la líder de un equipo de 300 personas y sus investigaciones están asociadas con la farmaceútica británico-sueca AstraZeneca.
De hecho, los ensayos en humanos de la vacuna que desarrolla la Universidad de Oxford han mostrado “resultados prometedores” y hay muchas esperanzas puestas en este producto.
Los científicos detectaron que genera los anticuerpos y las células T que podrían ser las adecuadas para producir una respuesta inmune frente al virus.
David Carpenter, presidente del comité de Ética de Investigación de Berkshire, y quien trabaja con el equipo, dijo: “Esa vacuna podría estar disponible en setiembre”.
Pues tan confiada está la doctora Gilbert en el buen trabajo hecho por su equipo que ha probado las posibles vacunas contra el virus en sus trillizos.
No hablamos de niños, los trillizos tienen 21 años y estudian bioquímica, como ella, y están muy interesados en la meta de la madre de encontrar la vacuna contra el coronavirus. Por eso han participado como voluntarios en los ensayos hechos hasta ahora por la Universidad de Oxford.
Los resultados de la prueba, como se informó, fueron positivos.
La vacuna de Oxford está basada en un adenavirus modificado, que no se replica, lo que las convierte en más seguras en especial para los pacientes más frágiles.
Algo de lo bueno es que no generó efectos indeseables graves. Los efectos secundarios más observados en los voluntarios fueron fiebre, fatiga y dolor en el punto de inyección de la vacuna.
Todo salió como la científica esperaba. Dice que no temía por posibles efectos secundarios (muy graves) de los ensayos. “Hemos usado este tipo de vacunas en varias ocasiones en el pasado, así que no esperamos sorpresas”.
Desde hace casi veinte años la científica se ha dedicado a la investigación en laboratorios, produciendo vacunas y obteniendo financiación para sus proyectos.