El papa Francisco viajó el domingo a L’ Aquila (en el centro de Italia) y visitó la tumba de Celestino V, el primer pontífice que renunció apenas cinco meses después de su elección, que fue en 1294.
La renuncia más reciente en la historia de la Iglesia católica es la de Benedicto XVI en 2013, pero el primero en dejar el cargo fue Pietro Angeleri di Murrone, que asumió el nombre de Celestino V a los 80 años.
La visita de Francisco a la tumba generó especulaciones, ya que se produce después de meses de rumores sobre una posible renuncia.
La visita estuvo relacionada a una fecha importante para la Iglesia, el 29 de agosto de 1294, cuando Celestino V fue nombrado papa.
La elección de aquel pontífica es una de las más extrañas en la historia de la Iglesia católica.
Pietro Angeleri di Murrone era un monje y fue nombrado por aclamación, pero él no deseaba ser pontífice. Vivía como ermitaño en una cueva cercana a L’ Aquila, hasta donde fueron a buscarlo varios cardenales que prácticamente le obligaron a aceptar.
Cinco meses después redactó la renuncia y dijo que lo hacía por enfermedad, falta de conocimientos y para retornar a su vida de ermitaño. Su sucesor, Bonifacio VIII, lo persiguió, lo detuvo, lo llevó a juicio y lo mandaron preso a la torre de un castillo, donde murió diez meses después.
La Iglesia católica sostiene que falleció de “muerte natural”, un idea difícil de aceptar porque el cráneo tiene un clavo metido en la cabeza.