Diecinueve niños y dos adultos fueron asesinados el martes por un adolescente en una escuela primaria de Uvalde, Texas, en un hecho que sumió nuevamente a Estados Unidos en la pesadilla recurrente de los tiroteos escolares.
El sospechoso, un joven de 18 años, mató “de una manera atroz y sin sentido”, dijo el gobernador de Texas, Greg Abbott, en una conferencia de prensa.
El agresor también murió, agregó, señalando que “se cree que los agentes que respondieron lo mataron”.
“Sus oraciones están con las familias afectadas por este terrible evento y hablará esta noche cuando regrese” de su viaje a Asia, dijo la portavoz presidencial Karine Jean-Pierre.
Los motivos del ataque se desconocen por el momento.
Más temprano, el Hospital Uvalde Memorial había dicho en Facebook que había atendido a “13 niños”, y agregó que dos personas “habían muerto” cuando llegaron, sin especificar sus edades.
Una mujer de 66 años también se encuentra en “estado crítico”, anunció otro hospital, el University Health, ubicado en la cercana ciudad de San Antonio, Texas, que dijo haber recibido “dos pacientes”, un adulto y un niño.
Cerca de la frontera
El tiroteo ocurrió en la Escuela Primaria Robb, en Uvalde, Texas, una localidad ubicada entre San Antonio y la frontera con México. Más de 500 niños estaban inscriptos en ese centro educativo durante el año escolar 2020-2021, según datos estatales.
La policía local había dicho previamente que un sospechoso había sido detenido luego del tiroteo, que comenzó sobre el mediodía.
La escuela, adonde asisten alumnos de segundo a cuarto grado, pidió a los padres que no recogieran a sus hijos hasta tanto no se hubieran contabilizado todos.
“Por favor, no recojan a los estudiantes en este momento. Los estudiantes deben ser contabilizados antes de que sean entregados a su cargo. Se les notificará para que recojan a los estudiantes una vez que todos estén contabilizados”, señaló en su sitio web.
Ted Cruz, un senador estadounidense de Texas, tuiteó que él y su esposa estaban rezando por los niños y las familias “en el horrible tiroteo en Uvalde”.
“Gracias a las heroicas fuerzas del orden público y a los socorristas por actuar con tanta rapidez”, agregó el legislador republicano.
Ola de violencia
La violencia mortal en esta escuela de Texas tiene lugar luego de otros tiroteos masivos en Estados Unidos este mes.
El 14 de mayo, un joven de 18 años mató a tiros a 10 personas en una tienda de comestibles de Buffalo, Nueva York. Con un chaleco antibalas pesado y un rifle AR-15, el autoproclamado supremacista blanco supuestamente transmitió en vivo su ataque.
Según los informes, lo planeó durante meses, apuntando a la tienda debido a la gran población afroestadounidense que la rodea.
Al día siguiente, un hombre bloqueó la puerta de una iglesia en Laguna Woods, California y abrió fuego contra su congregación taiwanesa-estadounidense, matando a una persona e hiriendo a cinco.
El tirador, que trabajaba como guardia de seguridad en Las Vegas, atacó a la gente por “odio motivado políticamente... (y) estaba molesto por las tensiones políticas entre China y Taiwán”, según el alguacil del condado de Orange, Don Barnes.
A pesar de los tiroteos masivos recurrentes y una ola nacional de violencia armada, múltiples iniciativas para reformar las regulaciones sobre armas han fracasado en el Congreso de Estados Unidos, dejando que los estados y los consejos locales promulguen sus propias restricciones.
Estados Unidos registró 19.350 homicidios con armas de fuego en 2020, casi un 35% más que en 2019, según los datos más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la principal agencia de salud pública estadounidense.