El 2 de abril de 2014, las turistas holandesas Kris Kremers (21 años) y Lisanne Froon (22) entraron a la selva de Panamá y nunca más se les vio con vida.
Habían viajado hasta esta parte del planeta para aprender español y hacer tareas comunitarias. Días después encontraron sus pertenecías y a los dos meses sus cadáveres.
Ahora se difundieron fotos de una cámara perteneciente a una de las víctimas y su contenido abre una nueva línea en la investigación para determinar qué les pasó.
Según indicaron los medios de comunicación en el 2014, las jóvenes desaparecieron en las inmediaciones del volcán Barú, en la cordillera de Talamanca el 1 de abril de 2014. Esto queda en la provincia de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica.
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Sus pertenencias, entre las que estaba un salveque con objetos personales como dos teléfonos celulares, una cámara de fotos, anteojos de sol, ropa interior, el pasaporte de Lisanne y 83 dólares en efectivo, fueron halladas en un tramo del río Changuinola. El salveque mostraba señales de haber sido arrastrado por la corriente del río.
De acuerdo con la información que entonces manejaron las autoridades, y según las versiones de la fiscal Betzaida Pitti --que estuvo a cargo del caso-- se determinó que las turistas ingresaron al sendero El Pianista, hasta llegar a Boquete, en Chiriquí.
Entre muchos riesgos
Aparentemente y por versiones que dieron habitantes de esa región, a lo largo de ese trayecto pudieron haberse encontrado con serpientes venenosas, animales salvajes o sufrir algún accidente.
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Luego de rescatar las pertenencias de las jóvenes, las autoridades descubrieron que la cámara contenía una tarjeta de memoria con más de 90 fotos sacadas en los minutos previos a su fallecimiento. Las fotografías fueron tomadas, no se sabe por quién, el 8 de abril de 2014 entre la 1 y las 4 de la madrugada.
Las fotos, que llegaron ahora a la prensa, mostraron el momento en el que las dos muchachas comenzaban a internarse en la selva y los lugares que recorrieron.
También había otras sacadas sobre una roca y a mitad de la noche, que apuntaban a lugares específicos. Se observan bolsas de plástico, envoltorios de golosinas y otras que parecen sacadas al azar.
Llamada de auxilio sin éxito
Las autoridades de Panamá indicaron que, según los registros de llamadas que realizaron las turistas, se encontraron 77 intentos al 9-1-1, pero que solo uno se conectó y duró apenas dos segundos debido a la mala señal de la selva.
Los cuerpos de las dos jóvenes fueron encontrados dos meses después de su desaparición en situaciones extrañas.
Primero, la Policía que hizo los trabajos de rastrillajes a lo largo del río se encontró con uno de los salveques con la ropa aún doblada. El misterio creció al descubrir cómo estan los restos.
Por ejemplo, había un hueso pélvico completamente blanco (se supo luego que de Kremers) y una pierna adentro de una bota que pertenecería a Froon y que se habría descompuesto naturalmente
Durante el tiempo en que las jóvenes permanecieron desaparecidas surgieron distintas versiones de un posible caso de trata de personas, pero con el tiempo eso fue descartado. Según la información oficial, el río Changuinola está ubicado a unas cuatro horas de donde fueron vistas por última vez.
Las amigas tenía planeado estar en Panamá dos semanas y, en el medio del viaje, tenían pensado hacer tareas comunitarias en una escuela local y comenzar un viaje como mochileras. Antes de iniciar la aventura en América Centrak, de acuerdo a lo que contaron sus papás, estuvieron planificándola durante seis meses.
Hoy solo se sabe que el viaje acabó muy mal para ellas. Quizás nunca se sepa cómo murieron.