Un informe, solicitado por la Iglesia, criticó duramente este jueves al papa emérito Benedicto XVI, acusándolo de no haber hecho nada para impedir que varios sacerdotes abusaran sexualmente de menores en la archidiócesis alemana que dirigía en los años 1980.
Después de conocer la noticia, Benedicto XVI manifestó su “conmoción y vergüenza” .
El cardenal Joseph Ratzinger, antes de convertirse en papa, no tomó ninguna medida contra cuatro eclesiásticos sospechosos de abusos de menores, afirmaron los abogados del gabinete Westpfahl Spilker Wastl (WSW) en este informe.
En un documento transmitido a los letrados, el papa emérito de 94 años, que vive retirado en el Vaticano desde su dimisión en 2013, negó “estrictamente” cualquier responsabilidad, una posición que para los expertos “no es creíble”, declaró el abogado Martin Pusch.
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Dos de los casos implican a clérigos que cometieron varios abusos probados por los tribunales, pero se les permitió seguir con sus obligaciones pastorales, según Pusch.
Los expertos dicen estar “convencidos” de que Ratzinger, que fue arzobispo de Múnich y Freising entre 1977 y 1982, estaba al corriente del pasado pedófilo del sacerdote Peter Hullermann.
Siguió atacando
Este vicario de Renania del Norte-Westfalia fue acusado en 1980 de graves abusos sexuales a menores. Las autoridades eclesiásticas lo trasladaron a Baviera, donde, a pesar de la terapia psiquiátrica, continuó con los abusos. En 2010 finalmente se vio obligado a jubilarse.
Ratzinger negó conocer el pasado de este cura, cuyo caso causó gran revuelo en 2010, precisamente durante su pontificado.
Los autores del informe también señalaron al cardenal Reinhard Marx, actual arzobispo de Múnich y Freising, por haber actuado de forma negligente en dos casos de curas sospechosos de cometer abusos sexuales contra menores.
Fue precisamente el cardenal Marx quien solicitó este informe.
La Santa Sede hizo saber que todavía “no conoce el contenido” del informe pero reiteró su “vergüenza” y “remordimiento” por los abusos sexuales contra menores en la Iglesia. Y manifestó “a todas las víctimas su cercanía”, según declaró Matteo Bruni, portavoz del Vaticano.