Las manifestaciones en Nicaragua ya sumaron su cuarta víctima mortal la tarde de este viernes, confirmó la prensa de ese país.
El fallecido fue identificado como Álvaro Manuel Conrado Dávila, de 15 años, quien a eso del mediodía recibió en el cuello un disparo durante un enfrentamiento entre antimotines y universitarios.
El menor no soportó la cirugía y falleció la tarde de este viernes en un hospital de Managua.
La información la confirmó la mamá del menor, Lizeth Dávila, al Periódico Hoy de ese país.
El fallecimiento de este joven estudiante se suma a los casos del oficial Jilton Manzanares, de 33 años, quien “fue asesinado con una escopeta” durante los disturbios ocurridos en el sector de la Universidad Politécnica (Upoli), en la capital.
Así como de otro estudiante llamado Richard Pavón, de 17 años, quien pereció a “a consecuencia de impactos de bala por grupos” que pretendían atacar la alcaldía de la ciudad de Tipitapa, aledaña a la capital, indica el parte.
La tercera víctima también sería un universitario, pero su identidad no ha trascendido.
Estas cuatro personas han perdido la vida en la manifestaciones contra el gobierno de Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, por un paquete de reformas al sistema de pensiones que se acaba de decretar.
Según había informado la cadena de noticias CNN, la Policía Nacional había confirmado que dos de los fallecidos formaban parte del grupo Sandinista, o sea, de los que respaldan las labores del Gobierno.
Sin embargo, Nayel Martínez, periodista del Periódico Hoy de Nicaragua, dice que la tarde de este viernes familiares de las víctimas desmintieron esa versión, argumentando que el Gobierno lo que quiere es manipular la información que sale del país.
En medio de las manifestaciones, que iniciaron el miércoles, el gobierno cerró cuatro canales privados de televisión, de los cuales dos ya fueron reabiertos.
Los heridos ya se cuentan por decenas, según el diario El País de España.
Reforma en pensiones
Cientos de manifestantes, entre universitarios, jubilados y vecinos, se enfrentaron el jueves ante las fuerzas antimotines en las calles de la capital y otras ciudades, en repudio a una reforma al sistema de pensiones.
Los manifestantes rechazan los aumentos en las contribuciones al sistema de pensiones decretados por el gobierno del presidente Daniel Ortega.
Cientos de antimotines con escudos, escopetas y gases lacrimógenos repelieron a los manifestantes que respondían con piedras, mientras numerosos transeúntes quedaron atrapados en los enfrentamientos.
Managua vivió un ambiente tenso, en medio de sirenas de cuerpos de socorro y la policía, detonaciones y humo. Las universidades suspendieron las clases y algunos comercios cerraron sus puertas.
En la noche, vecinos de colonias de clase media salieron de forma espontánea a las calles a sonar tarros y ollas, mientras gritaban “no tenemos miedo” para apoyar a jóvenes que aún se encontraban manifestando.
“Llamamos a la calma y que las fuerzas del orden respeten a los medios de comunicación y los derechos de los manifestantes”, reclamó la embajadora estadounidense, Laura Dogu, en Twitter.
El gobierno ordenó cerrar cuatro canales de televisión, de los cuales dos (el 15 y el 23) seguían sin señal la noche del jueves por haber trasmitido temprano las protestas.
“El Gobierno ha ordenado a las empresas de cable sacar del aire la señal”, dijo el director de canal 15, Miguel Moral, denunciando “una clara violación al derecho a la libertad de prensa”.
La Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (AmCham) pidió que los medios “suspendidos puedan reiniciar sus labores de forma inmediata”.
La organización de escritores y periodistas denunció que al menos 11 comunicadores fueron agredidos y algunos despojados de sus medios de trabajo por la policía y grupos oficialistas cuando cubrían las manifestaciones.
“Los ataques contra personas que se manifestaban pacíficamente y los periodistas que cubrían la protesta, representan un intento inquietante de restringir los derechos a la libertad de expresión y reunión”, advirtió por su lado la directora para América de Amnistía Internacional, Erika Guevara-Rosas.
Gobierno minimiza los hechos
La vicepresidenta Rosario Murillo dijo que las protestas son dirigidas por grupos “minúsculos”, a los que tildó de “almas pequeñas, tóxicas, llenas de odio”.
“Estas circunstancias dolorosas, tan manipuladas, esa corrupción de pensamientos e intenciones, estos corazones enfermos, cargados de odio y pervertidos, no pueden sembrar el caos y negar a todos los nicaragüenses la tranquilidad que gracias a Dios tenemos”, aseguró Murillo.
Las protestas iniciaron el miércoles cuando al menos 18 personas, entre ellos periodistas, fueron agredidas.
El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, llamó al presidente Ortega a detener “la violencia y la represión”. ”¡No pongan en peligro la paz del país!”, publicó en Twitter.
El gremio empresarial, por su parte, pidió al gobierno dialogar para resolver el conflicto.
Los cambios al sistema de pensiones fueron recomendados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a fin de darle sostenibilidad al Instituto Nicaragüense de Seguro Social (INSS).
Aunque el gobierno mantuvo intacta la edad de jubilación y el número de cotizaciones para pensionarse, los aumentos en las contribuciones han sido rechazados por empresarios, sindicatos opositores y parte de la sociedad civil.
La Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social advirtió que la reforma provocará “despidos y más desempleo”.