Una actriz porno que afirma haber tenido relaciones sexuales con Donald Trump, antes de que este fuera presidente de los Estados Unidos, interpuso una demanda para invalidar un acuerdo de confidencialidad “y dejar las cosas claras” , dijo este miércoles su abogado.
Stormy Daniels, cuyo verdadero nombre es Stephanie Clifford, presentó la querella el martes ante la Corte Superior del condado de Los Ángeles. Ella alegó que el acuerdo que firmó días antes de las elecciones presidenciales, que impedía que hablara sobre los supuestos encuentros sexuales, es “nulo, inválido e inconsecuente” debido a que Trump no lo firmó personalmente.
El abogado de la actriz, Michael Avenatti, señaló que su cliente lo que quiere es “dejar las cosas claras”.
Avenatti indicó que Daniels no buscaba obtener ganancias de su historia, pero tampoco lo niega. “No sé si, en última instancia, buscará o no un pago” .
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Al ser interrogada el miércoles sobre las declaraciones de Avenatti, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, indicó que ya se han referido a la situación y que no tienen nada más que agregar.
Clifford afirmó que comenzó una “relación íntima” con el mandatario gringo en 2006 y continuó “hasta bien entrado el año 2007” , según la querella. La relación incluyó encuentros en Lake Tahoe, Nevada, y en Beverly Hills, California.
Trump se casó en 2005 con su actual esposa, Melania Trump.
Clifford ha dicho que tuvo sexo en una ocasión con Trump y después sostuvo una relación platónica durante varios años.
Previamente, mediante un abogado, la actriz también rechazó que ambos hubieran tenido un amorío, pero Avenatti dijo que esas declaraciones fueron para apegarse al acuerdo de confidencialidad. El abogado de Trump, Michael Cohen, ha negado que alguna vez hubiera existido esa aventura.
Cohen afirmó que pagó de su bolsillo 130.000 dólares (poco más de ¢74 millones) a la actriz porno como parte del acuerdo. También indicó que “ni la Organización Trump ni el equipo de campaña de Trump fueron parte de la transacción con la señorita Clifford y tampoco se me reembolsó el pago en forma directa o indirecta” .
La demanda puntualizó que el llamado “acuerdo mordaza”, del 28 de octubre de 2016, es legalmente inválido porque los únicos firmantes son Clifford y Cohen.