La Inteligencia Artificial (IA) se ha vuelto una aliada de gran importancia en muchos ámbitos de la realidad nacional, y ahora se meterá con un tema fundamental: el agua.
Randall Campos, funcionario de Acueductos y Alcantarillados (AyA), explicó que la institución tiene unos proyectos importantes, que beneficiarán mucho a la población.
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“Esta nueva administración ha apostado mucho al tema de la incorporación de tecnología a los sistemas de acueductos; principalmente, a través del proyecto RAN, que es el de Reducción de Agua no Contabilizada y optimización de la eficiencia energética.
“Este proyecto incorpora no solamente mejoras al nivel de cambio de tuberías y cambio de medidores, sino también todo un proceso de mejora a nivel de sistemas tecnológicos con la incorporación de herramientas que permitan agilizar los procesos y mejorar la atención al cliente”, explicó Campos.
El funcionario dijo que para lograr eso, la institución tiene una iniciativa que involucra tres plataformas tecnológicas y la IA.
Se trata de software especializados que permiten mejorar los procesos que actualmente tienen deficiencias.
Uno de los software tiene que ver con el tema de las fugas. Actualmente, cuando se da una fuga, el AyA se da cuenta hasta que las personas la reportan, pero eso va a cambiar y se mejorará la eficiencia.
“El software va a generar alarmas a los compañeros que están en la parte operativa, y les va a decir que en tal sector hay algo anómalo a nivel de datos, entonces que vayan e investiguen. Ya no vamos a necesitar que alguien nos avise que hay una fuga, sino el mismo sistema nos va a decir dónde hay una fuga visible o no visible, puede ser un robo de agua incluso, y con eso podremos ir directamente con nuestras cuadrillas a reparar las fugas y evitar que pasen tantos días las tuberías rotas”, explicó.
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La IA le dirá por qué está sin agua
Otra de las funciones de los software que se están alistando tiene que ver con el tema de informar a la población por qué hay cortes o racionamientos en cierto sector.
“Se está comprando un sistema de GIS y modelación matemática para tener todos nuestros equipos ya geo referenciados, y también un sistema de mantenimiento, que nos va a ayudar para mejorar las órdenes de servicio, para que cualquier persona que llame sepa qué es lo que está pasando, y mejorar esa atención al cliente que, a veces, los usuarios llaman y no se les puede dar una información, de esta forma siempre habrá datos precisos. Con esos software todo eso va a mejorar”, aseguró el funcionario.
El otro tema en el que la IA meterá un gran empujón es con la lectura de los medidores.
“La otra vertiente donde se va a incorporar inteligencia artificial es en el tema de la medición. Actualmente, tenemos medidores que se leen de forma manual; es decir, todos los meses pasa un compañero leyendo los medidores, y ahora lo que queremos hacer es algo por fases porque, realmente, la inversión es bastante importante, y la idea es pasar a un tema de medición inteligente.
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“Se requiere un cambio a nivel de medición y otro a nivel de lectura; es decir, ya no vamos a tener que enviar a personas a que lean el medidor, sino que vamos a tener un medidor que transmite datos de manera remota, uno con mucha más tecnología y con muchas más capacidades de revisión de datos. Vamos a poder conocer con mayor exactitud el consumo de los usuarios, ser más óptimos en el tema de la medición, vamos a evitar que se pierdan datos, a reducir los reclamos, porque esos equipos van a estar preparados para, incluso, identificar si el usuario tiene una fuga interna en su casa”, detalló.
Campos dijo que con toda esa tecnología AyA podrá hasta desarrollar aplicaciones en las cuales la persona entre a su celular y vea su recibo, los consumos diarios, o ver cuánto es el disponible que tiene.
El funcionario añadió que esto de los medidores se iniciará poco a poco, comenzando con unas 50 mil unidades y luego se irán haciendo ampliaciones por fases.
Todas estas modificaciones tendrán un gran costo económico para el AyA, el cual se estima será de unos 180 millones de dólares (unos ¢91 mil millones).
Se espera que los software estén listos para finales de este año.