A un torero improvisado lo conoció todo el país como Dios lo trajo al mundo por culpa de un toro.
El curioso hecho ocurrió la noche de este viernes en las corridas de toros de Pedregal, en San Antonio de Belén y, por suerte, el improvisado, al que le dicen Coby, no salió herido, pero sí con mucha pena.
“¡Qué vergüenza!”, fue lo primero que le dijo el “Adán” de la noche a Maureen “la Tía” Salguero, cuando lo llegó a entrevistar.
“Agradecerle a Dios que no me pasó nada y mandarle un saludo a la casa, que ojalá no me hayan visto”, dijo entre risas.
El improvisado estaba tan contento de haber salido ileso que vaciló montones en la entrevista que le hizo la presentadora de canal 8.
“La verdad es que qué pantaloneta más dura”, soltó muerto de risa, ya que el animalote metió uno de sus cachos entre las tres pantalonetas que andaba puestas y lo hizo para todo lado hasta que lo desvistió.
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Al muchacho lo salvaron sus compas improvisados porque, cuando quedó chinguititico, apenas se levantó le pusieron varias capotas en el frente y atrás para evitar que todo el redondel le viera sus partes nobles.