De todas las chicas hermosas que participaron en el recordado programa “A Todo Dar”, una de ellas conquistó a todos no solo por su belleza, sino por su inolvidable acento.
Hablamos de Leticia Carollo, o mejor recordada como “Lety”, la francesa que participó durante seis meses en el popular programa de televisión, transmitido por Repretel.
Actualmente Leticia tiene 37 años de edad, habla fluido el español, tiene un hijo de seis años, es empresaria de de mercadeo en redes y vive en Chiriquí, Panamá.
La modelo conversó con La Teja para saber de su vida después de su paso por “A Todo Dar”.
–¿Qué es en lo primero que piensa cuando recuerda A Todo Dar?
Diversión (Risas).
–¿Qué recuerdos tiene de los ticos?
Muy cariñosos, a mí me abrieron las puertas de su país y nunca tuve problemas con socializar con ustedes. Ustedes son muy pacientes, son de ayudar a los demás, de verdad que les tengo un gran cariño... quiero agradecer por este medio a todas la personas a las que no pude agradecerles en su momento y que me ayudaron mucho.
–¿Qué hizo después de salir del programa?
Aproveché un poco el nombre de la chica ATD para hacer eventos, darme a conocer y obviamente eso me ayudó a viajar fuera del país, con patrocinadores muy fuertes, gracias a eso conocí Chiriquí, Panamá, donde vivo en este momento. Es zona rural muy cerca de la frontera de Costa Rica y estoy a seis horas de la capital.
–¿Qué estudió?
Yo estudié Turismo, pero vieras que no me sirvió de nada para lo que estoy haciendo ahora.
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–¿En qué trabajas ahora?
Soy una mujer empresaria de “network marketing” (mercadeo en redes). Fui entrenadora personal por muchos años y me certifiqué en España, Francia y Panamá para ejercerlo.
Ahora tengo tres años de laborar en mercadeo en redes y dejé el trabajo como entrenadora personal, ya que estamos en el siglo veintiuno y todo es muy tecnológico y virtual, así que estoy en ese medio. Ahora me comunico con mucha gente fuera del país y me va muy bien con la marca Nutri-Light.
–¿Cómo entró al programa A Todo Dar?
Yo vivía con mis papás en un hotel llamado Villa Amarilla, en Tamarindo, y como a los dieciocho años y un poquito, me fui solita a San José, ya que conocí a una persona que me recomendó que buscara un lugar en A Todo Dar.
Recuerdo que no hablaba español y que me bajé del taxi para ir al canal. Ahí me topé con el productor, que no sabía que era el productor, y le pregunté: ¿quién es usted? Él me dijo: ‘yo soy el productor, Jimmy Tosso’ y le dije, yo soy la francesa de la que le hablaron y me llamo Leticia.
–¿Qué pasó después?
Me hicieron una audición y de repente estaba bailando. Me pusieron una cumbia que nunca supe cómo se bailaba, con una enagua y un top chiquitito. Yo no sé ni cómo me contrataron (risas).
–¿Tiene hijos?
Tengo un hijo que se llama Dylan Alejandro, es francés y chiricano, tiene seis años.
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–¿Tiene pareja?
Sí. Ya tengo con él seis años de relación.
–¿A quiénes recuerda del programa?
A la Tía Mauren, que hacía mover al público. ¡Una mujer formidable! Yo siempre veía a la Tía alegre, ella realmente tenía un papel muy importante en el show, por su buena vibra. También recuerdo a Dj Malanga, un encanto de persona, muy dulce y a uno de los fortachones, yo sé que hubo varios, pero no recuerdo el nombre, pero se veía una persona fuerte, era peloncito (risas).
–¿Y de las otras chicas qué recuerda?
Yo me recuerdo de casi todas las chicas y todas tenían carisma. Las Aldana siempre unidas, muy bonitas y simpáticas; Carolina, muy sociable; María Fernanda, la de colochos, me hacía gracia; Catalina, con mucha fuerza y carácter y Gipzy, muy coqueta y dulce. De esas niñas tengo un gran recuerdo.