Nikole Mitchell tiene una historia particular, ya que dejó de ser pastora en una iglesia cristiana para dedicarse a ser una reconocida ‘stripper’, ganando popularidad y clientes en la página OnlyFans, de la cual recibe un promedio de 25 mil dólares al mes (casi 15 millones de colones) por los usuarios que pagan para ver su contenido íntimo.
Mitchell, de 36 años, decidió alejarse de la iglesia evangélica cuando se dio cuenta que era bisexual. Desde ese día, la joven renunció a continuar siendo pastora en una congregación ubicada en Minnesota, Estados Unidos.
“Siempre quise ser ‘stripper’, pero desde joven me hicieron creer que mis deseos y cuerpo eran pecaminosos y malos”, dijo la estadounidense al New York Post.
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En 2016 ella decidió actuar en una obra de teatro, la cual le ayudó a darse cuenta que su orientación era bisexual.
“Sabía que si revelaba mi naturaleza, lo perdería todo, ya que la iglesia no da la bienvenida a las personas LGTBIQ”, contó.
No obstante, en 2017 decidió renunciar a todo y publicar un video en YouTube hablando sobre su sexualidad.
Tras la decisión de retirarse de la iglesia, Mitchell se sintió atraída por el modelaje y la lencería, motivo por el cual tomó clases de modelaje y realizó una sesión de fotos al desnudo.
“Lloré porque nunca me había sentido tan santa y sagrada en mi vida. Nunca me sentí tan sexy y liberada como en esa ocasión”, recordó la guapa.
Después de esa experiencia, Nikole decidió crear una cuenta en la plataforma OnlyFans, la cual le genera muchísimo dinero y satisfacción, según cuenta. Desde ese momento se separó de su esposo y se fue a vivir a Los Ángeles con sus tres hijos.
“Empecé muy tímida. Solo subía fotos sin brasier, pero ahora estoy en un punto en el que hago fotografías y videos personalizados para los clientes que lo soliciten.
“En marzo de este año me iban a pagar varios miles de dólares por tener sexo con alguien, pero luego llegó el coronavirus y eso se canceló”, reveló en su entrevista con el New York Post.
Según ella, no siente que esté faltando a sus valores cristianos con su trabajo porque no le hace daño a nadie.
“Cada persona tiene derecho a expresarse de la manera que le parezca bien, mi sexualidad es increíblemente sanadora y sagrada. Y cuando le doy este regalo a la gente, se bendicen”, aseguró.