Los más de 30 años de trayectoria del torero improvisado, Luis Gómez Chavarría, mejor conocido como el Diablo, fueron reconocidos este viernes en el redondel de Zapote.
El valiente de la arena sufrió la pérdida de su pierna derecha tras una cornada de el Sarampión en un corrida del Invierno Toreado en San Carlos, a mediados de mayo.
El Diablo estuvo cerca de dos meses hospitalizado y terminó perdiendo su extremidad debido a una bacteria que se le metió. Por más que los médicos intentaron no lograron salvarla.
La tarde de este viernes la producción de Teletica decidió darle un pequeño toro como trofeo por su trayectoria en la arena.
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“A Luis Gómez Chavarría por su pasión y entusiasmo en cada corrida de toros de Teletica”, decía el galardón entregado por la guapa de Marcela Negrini, Michael Bleak y Mario Guadamuz.
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En lo poco que pudo decir en medio del redondel, el torero agradeció a todos sus compañeros por el apoyo que le han dado en estos momentos tan difíciles.
Después del homenaje, el Diablo habló con La Teja y contó cómo ha sido para él tener que ver los toros desde la barrera, por primera vez en muchísimos años.
–¿Qué significa para usted que le hayan dado ese trofeo?
Me hace muy feliz, siento que tanto levantín que me llevé valió la pena.
–¿Cómo está de salud?
Me siento muy bien, ya no tengo nada de dolores y ahora estoy esperando al 15 de enero para que me den una bota para andar.
–¿Hasta ahora visita el redondel o ya había ido?
He estado viniendo, la Junta de Protección Social me regaló una silla y desde ahí he visto a los toros.
–¿Le dan ganas de meterse?
Sí, me dan muchas ganas, pero si me meto me regañan, aquí veo a los chiquillos, compañeros que me pasan saludando, me puse a llorar porque una persona me dijo que Zapote no es Zapote sin el Diablo.
–¿Cuál es el recuerdo más importante que tiene en Zapote?
El más feo fue cuando murió mi mamá y yo estaba adentro de la plaza, eso fue en 1998. Recuerdo que me llamaron Pilo ( Manuel Antonio Obando) y Gordo Malo para darme la noticia. Terminé la corrida y me fui a la casa, luego al siguiente día me fui para Guanacaste a despedirla. Lo bueno son los compañeros y todo lo que viví ahí adentro.
–¿Qué le dice a los improvisados nuevos?
Que se cuiden, que disfruten, pero que no anden buscando el peligro.