El legendario torero improvisado Luis Gómez Chavarría, mejor conocido como el “Diablo”, está un poco mejor luego de que lo tuvieran que internar de emergencia en el hospital de Nicoya tras sufrir un ataque cardíaco, la semana anterior.
Aunque todavía no le han dado la salida del centro médico, el vecino de Cañal de Nicoya nos atendió y nos contó cómo se siente, además recordó el momento durísimo, en mayo del 2018, cuando fue corneado por el toro El Sarampión, en una corrida del Invierno Toreado en San Carlos y que le provocó la pérdida de su pierna derecha.
El Diablo volvió a ver a ese mismo animalote en diciembre del año anterior, en las corridas de toros de Pedregal y, según nos contó, fue como ver al mismísimo demonio, ya que le generó temor y duros recuerdos.
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-¿Qué fue lo que le pasó que lo llevó al hospital?
El domingo (5 de febrero) me empecé a sentir como apretado, mareado, sin aire. Le dije a la doña y me dijo que fuéramos al doctor, nos fuimos a Nicoya y me hicieron pruebas de covid-19 y salí negativo, después me mandaron para la casa.
El lunes sí me sentí peor, me caí, la doña y una sobrina me tuvieron que levantar. Me bañaron y otra vez me llevaron al hospital, otra vez me hicieron prueba de covid, pero ahí sí me tuvieron que pasar a sala, porque me estaba ahogando, con dolor y ya después los doctores me dijeron que era un paro cardíaco.
-¿Qué más recuerda?
Me asusté y de una vez me pusieron la bomba, ya con eso uno no puede hablar, ni nada.
-¿Cómo se siente ahorita?
Ya me quitaron la bomba y ahora con estoy con otra, pero más liviana, también ya me dieron el teléfono y espero que pronto me den la salida. Fue un golpe duro, la verdad.
-¿Se siente mejor?
Tengo una tos que no se me quita, pero vieras que estoy bien, me han chineado mucho las doctoras, los enfermeros y ya estoy comiendo atol y otras cosas.
-Cuéntenos un poco qué pasó con usted después de haber perdido su pierna en el 2018...
Me vine a vivir a Nicoya, antes vivía en la 15 de setiembre, trabajaba en la Municipalidad de San José y como me pasó esto de la pierna, el jefe mío me dijo que siguiera en bodega, acomodando bolsas y papel higiénico.
Yo le dije que me sentía muy cansado, entonces me ayudó a hacer las vueltas de la pensión. Un compañero ofreció comprarme la casita en San José y así me pude venir para Guanacaste, aquí vivo en Cañal de Nicoya.
-¿Cómo ha sido la vida allá?
Tranquila, aquí vivo con la doña y estoy contento. Allá tenía que estar pelando el ojo con alguna gente que vivía ahí, aunque a mí nunca me hicieron nada, yo llegaba de los toros y me pedían una o dos tejitas y se las daba, entonces así se los ganaba uno.
-¿Qué tanta falta le han hecho los toros?
Vieras que he podido ir a varios, también los compañeros no se han olvidado de mí, han hecho algunas fiestas para mí, me han ayudado mucho. Hace unos días vinieron a la casa, vamos amigos, estuvieron compartiendo conmigo porque el Verano Toreado fue en Nicoya.
-¿Es de ver corridas?
Ahora en Palmares vi las corridas y ahí echaron al toro que me quitó la pierna (llamado El Sarampión), que es de la ganadería 3X, en Verano Toreado también lo han echado.
-¿Qué le generó verlo?
Se me pararon los pelos, fue como ver al diablo, yo le digo cara de malo, porque así es.
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-¿Cómo ha sido su vida ya sin la pierna, ya se pudo acostumbrar?
Vieras que yo camino con muleta y tengo prótesis. Antes me daba mucho calambre, por el frío, cuando vivía en San José y aquí más bien por el calor me chima. Pero yo me la pongo cuando me toca ir a algún lado. Voy a misa, a la plaza a ver partidos y por dicha ya la llevo muy tranquilo.
-¿Qué es lo que más le hace falta de las corridas?
La gente, tenía muchos conocidos que me querían. Siempre me mandan fotos y me llaman de San José y de todos lados, gente que me decía que le gustaba cómo yo hacía los juegos.
-¿Ve alguna diferencia desde que no está en los toros?
Veo mucha gente nueva, pero ahora todo es negocio, también ahora que volvió Zapote me pareció que no es lo mismo de hace unos años.