El sueño de niña de Jimena Franco era ser actriz y ahora, a los 40 años, se le cumplió y, además, ganó en la categoría de mejor actriz en el Festival Internacional de Cine de Guayaquil 2017 por ser la protagonista de la película "Abrázame como antes", del cineasta costarricense Jurgen Ureña.
Franco es una de las transgénero más conocidas de Costa Rica y además es dueña de la comparsa Latin Stars desde hace 23 años.
En "Abrázame como antes" ella hace el papel de Verónica, una transgénero que se prostituye en las calles de barrio Amón, en San José.
Jurgen Ureña, director de la película, ha llevado "Abrázame como antes" a varios festivales de cine internacionales. Aquí se pasó durante el festival local, pero se espera que en noviembre pueda verse en varias salas.
Jimena, que es de Turrialba, conversó con La Teja acerca de su vida y de lo que significa el premio conseguido en Ecuador.
-¿Cúal fue su reacción cuando recibió la noticia de que había ganado?
-Me enteré un día antes, pero yo no entendía nada. Yo estaba durmiendo cuando Jurgen me llama y me dice: "Échele un vistazo a esto, son buenas noticias". Me manda como una carta, pero como en las cartas la primera parte es saludo, yo me brinco la primera parte, pero todo venía en inglés y yo soy terrible para el inglés, así que comienzo palabra por palabra a traducir en Internet. Seguro duré tanto que me llamó Jurgen y me dijo: "¡Ganaste el premio!". Y después de eso me quedé como congelada quince minutos en mi cama, después me acordé de que no me había tomado la pastilla de la presión y buscaba la pastilla por todo lado porque me iba a dar el patatús.
-Ahora que ya pasó el impacto de la noticia. ¿Cómo toma el reconocimiento?
-Siento que esto es un regalo extra. Nunca ni en mis sueños más locos imaginé que iba a pasar. Fue un proyecto que duró siete años (desde el inicio de las filmaciones hasta la proyección), hubo momentos en los que yo le decía a Naty (Natalia Porras, quien también actúa en la película): ¡Llame a Jurgen, dígale que ya ha pasado mucho tiempo! Naty era mi cómplice, ella era la que llamaba a Jurgen.
-¿Qué fue lo más difícil que tuvo que enfrentar como actriz?
-No es cualquiera el que se para frente a una cámara, no es nada fácil. Yo apenas llevé un curso con Roxana Ávila, no somos actrices, pero siento que todo funcionó perfectamente porque todo lo hice con el alma y el corazón. Desde niña siempre soñé ser actriz y esta era la oportunidad y no podía desaprovecharla. Yo he llevado cursos de locución para tele y radio, he ido a casting, pero a los productores les da miedo por ser trans.
-¿Le costaba aprenderse el guión?
-No trabajamos con un guión. Jurgen no conocía nuestro mundo y menos el de trans de noche, entonces nosotros le explicábamos qué era lo que pasaba y entonces él lo traducía a su conocimiento para cine.
-¿Durante la grabación pasó algún pacho?
-Desde estar en el (parque) Morazán grabando a las tres de la madrugada congeladas hasta que nos asustaran.
-¿Cómo es eso?
-Una madrugada, como a las dos, estábamos grabando al frente de la escuela Metálica cuando de repente las ventanas comenzaron a abrirse y a cerrarse. Fue tanto que nos tuvimos que correr de ahí y seguir grabando en otro lado.
-¿En qué beneficia este premio a la comunidad trans?
- En Ecuador no se pusieron en cochinadas pensando: "¿y a esta dónde la metemos? ¿Hombre o mujer? ¡Mejor démosle una mención ahí para enredar las cosas! No, ellos me respetaron, me pusieron en la categoría que debían y me dieron el mejor premio del festival.
-¿Qué le deja esta experiencia como actriz?
-Me deja que no hay imposibles para hacer realidad un sueño. Cuando me den la Iguana dorada (el premio) quiero ir a Los Guido.
-¿Por qué quiere ir a Los Guido?
-Yo nací en Turrialba, pero como a los tres días nos vinimos a San José. Yo viví mi infancia y mi adolescencia en el Sector 8 de Los Guido, ahí había una iglesia y yo me metía debajo de la iglesia con barbies y muñecas sin piernas y sin manos que me encontraba. Jugaba de que eran actrices y de que las casaba. Hacía con las muñecas todo lo que me gusta, que es lo que hago ahora.
-¿Cómo fue su infancia?
-Esa fue la peor etapa de mi vida, sufrí de bullying mil por mil. Los compañeros de la escuela en el recreo hacían una rueda y me podían en el centro y entre todos me golpeaban. Los días de lluvia los agradecía,porque así podía irme llorando y las lágrimas no se veían. No podía llegar llorando a la casa porque mi papá era muy machista y lo que me iba a decir era que me defendiera como los hombres y yo sabía que si lo intentaba me iba a ir peor. ¿Cómo lo iba a hacer?
-¿Cuándo decidió hablarle a su familia acerca de sexualidad?
-A nadie tuve que decirle, se dieron cuenta. Como a los veinte años, cuando mi papá se fue de la casa, las cosas cambiaron. Fuimos una familia feliz, somos una familia feliz.