A veces pareciera que ser joven, bonita o simplemente ser mujer es una cruz que deben cargar muchas de ellas, la cual incluso les pesa y hasta influye a la hora de querer salir adelante.
Esta es la historia de la cantante nacional Cori Elle, de 28 años, quien sueña, como muchos artistas de nuestro país, con destacar en el extranjero y hacer una carrera gracias a su gran talento y esfuerzo.
Sin embargo, en su camino se ha topado una buena cantidad de lobos que quieren arrancarle de cualquier manera las metas que se puso desde que inició en la música siendo muy chiquilla.
La tica, vecina de Alajuela, recientemente vivió episodios de acoso sexual por parte de gente muy importante de la música en un viaje que hizo a Miami, a donde fue buscando que conocieran su trabajo, aunque le dieron más pelota a su físico.
Todo esto lo plasmó en la canción “Cruel”, la cual estrenó junto con el artista sueco Jonah Nilsson, del grupo Dirty Loops, quien a diferencia de la mayoría, sí se portó como un caballero y le dio un gran empujón a su carrera.
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- ¿De dónde sale esta canción?
Yo me fui para Miami luego de que saqué mi disco “El tiempo va”, con la idea de promocionar mi música en disqueras, para buscar mánager, internacionalizarme y así poder cumplir el sueño que siempre he tenido.
En varias reuniones con gente importante solo me topé con lobos que me hacían propuestas indecorosas si quería que me ayudaran. Fueron por lo menos tres entrevistas de este tipo, pero también me pasó en conversaciones por teléfono o redes sociales, incluso un productor chileno muy conocido, fueron demasiado descarados.
- ¿Qué tipo de cosas le decían?
Me decían que tengo demasiado talento, pero como soy muy bonita no podían trabajar conmigo, insinuando que si trabajábamos juntos tenía que pasar algo. Otros me decían que les encantaba y que podían hacerme famosa, pero que necesitaban todo de mí, y cuando decían todo es todo, porque así de descarados me lo hacían ver.
Esa industria está muy acostumbrada a tratar a las mujeres así, más a las jóvenes que van a buscar una oportunidad. Por eso quise canalizar esa cólera que traía, porque pensé que algo debía hacer con todo esto, en ese momento se incrementó lo de las situaciones en Costa Rica de abusos y femicidios, que es increíble. Al juntar todo eso encontré la inspiración para hacer la canción y ayudar a las mujeres y darles fuerzas, que sepan que no están solas.
- Según lo que nos cuenta, es una práctica muy normal por allá...
Sí, hay muchas que caen en eso porque quienes hacen esas propuestas son personas conocidas, porque te hablo de los mánager de artistas, tuve la oportunidad de reunirme con ellos y esas fueron las propuestas. Yo solo pensaba: ‘Dios mío, esto está muy mal’, por suerte yo tengo valores y sé que soy capaz de lograr las cosas sin necesidad de eso. Tuve la fuerza de decirles que respetaran y lo que hicieron fue decir que yo estaba malinterpretando cuando las cosas estaban muy claras, son unos lobos completos.
- ¿Es la primera vez que le pasa una situación así?
No, de adolescente me pasaron varias, creo que como a todas las mujeres, en una parada de bus me tocaron al igual que a la muchacha que iba con el coche, también acoso laboral en empresas, es terrible. Todas hemos pasado por eso y creo que eso está reflejado en la canción.
- Es un gran esfuerzo viajar, buscar los contactos y tener ese tipo de reuniones, ¿sintió en algún momento que le apagaron el sueño?
Sí, totalmente. Me entristeció mucho, sentía que la única forma de llegar era esa, el medio está muy cerrado ahorita y saber que muchas chicas lo logran de esa forma me desilusionaba mucho. Sí tuve las puertas abiertas de mucha gente, por ejemplo, CNN me hizo una nota, pero para crecer y dar un paso más se necesita mánager y disqueras.
- Pero no todo fue malo en esa experiencia, ¿cómo conoció a Jonah Nilsson?
No, por dicha no, estuve hablando con Jonah Nilsson, de la banda Dirty Loops, que es supertalentoso, de hecho está firmado por Quincy Jones, el productor de Michael Jackson y eso ya dice mucho.
Me lo encontré en Los Ángeles, en un tour que hice a la oficina de Quincy, y como yo soy tan bombeta le llegué a hablar, le dije que era cantante de Costa Rica, que siempre lo he admirado y le conté lo que me había pasado, le enseñé mi música y dijo que le gustaba mucho lo que hacía y se quiso apuntar a la canción, yo estaba muy triste y él salió como un ángel a ayudarme y a hacerme los arreglos.
Es un artista respetado en Europa y yo hasta me sentía insegura por todo lo que me había pasado, pero él me dijo que la canción le gustaba, que era buena y me devolvió la confianza.