“Cuándo terminé mi relación estaba clara de que no quería seguir en la situación de inestabilidad que vivía con mi novio. Él es una persona muy cambiante, en nueve años de noviazgo decía que no estaba listo y me cansé. Pero ahora que terminamos me escribe todos los días, me manda canciones, me comenta todo en redes sociales, y yo no le contesto nada. En el último mensaje me puso: “Yo sé que sigue esperándome”. Yo estoy cansada de esto y no le respondo, no quiero saber nada de él”.
1. Cuando se tiene claridad de los procesos, al margen de las razones que la motivaron a tomar una decisión, y si esta ha sido analizada y asumida conscientemente lo que se sigue es vivir la vida como un acto de responsabilidad personal.
2. A partir de la aparición de las redes sociales o la mensajería, las personas dicen: “nos seguimos hablando”, “me sigue escribiendo”, “yo no quiero que me escriba”, “todo me lo comenta”. Si una persona está clara y terminó basada en la convicción que la llevó a tomar una decisión basada en una insatisfacción, la pregunta es: ¿por qué no se establece un límite?
3. Resulta que hoy muchas personas afirman que cortar o bloquear la comunicación, bloquear las redes o las mensajerías de texto, es inmaduro, por tanto, la mantienen, creando procesos de tensión e insatisfacción.
4. Si se termina y esta persona insiste en comunicarse, robándole la paz, irrespetando la frecuencia emocional, sabiendo que usted tiene el no claro, entonces, asuma su decisión, establezca los límites y opte por hacer aquellas acciones que le generen paz.
5. Cuando hay una ruptura, pero vive analizando por qué su ex le habla, por qué la busca se crea una óptica de complicación, no obstante, puede hacer una elección consciente hacia el establecimiento de límites. Será su decisión sostener o no la comunicación, pero si no quiere mantener la comunicación y la otra persona no lo respeta, debe fijar límites para sentirse en paz.