“Terminé una relación de nueve años y no ha sido fácil. Él estaba chateando con alguien más, sé que es lo mejor, pero terminamos bien. A los días decidimos que podríamos darnos una oportunidad, pero no sé cómo avanzar, quiero darle la oportunidad, pero no sé cómo manejarlo”.
1. Hay relaciones de pareja que pasan por múltiples procesos de crisis, en muchas historias de amor algún día el dolor tocará a su puerta, ya sea porque uno de los dos, o ambos, cometieron errores, entonces, el dolor llega y, dependiendo de la situación, es posible que se vean frente a preguntas cómo: ¿Por qué lo hizo?, ¿por qué no midió las consecuencias?, ¿debería continuar?, ¿valdrá la pena seguir adelante?
2. Estas son preguntas normales ante la situación vivida y la clave para responderlas implica tres palabras: Prudencia, para no tomar decisiones precipitadas en medio de la crisis. Claridad, de qué fue lo que pasó, por qué se originó y cómo los afectó para medir si existe la posibilidad de continuar o no. Proceso de sanación, que va a implicar paciencia y prudencia, para buscar ayuda con el objetivo de definir qué se quiere y cómo se quiere.
3. Después de una gran crisis pueden suceder varias cosas y se fragmentan todas las bases de la relación. Ahora, si se quiere continuar hay que iniciar un proceso de comprensión que permita un acercamiento para evaluar si es posible o no seguir. Se requiere a nivel individual tener mucha claridad para poder continuar, pero también tiene que haber un proceso de dos personas dispuestas a sanar, de lo contrario no funciona.
4. Habrá que poner límites, pero ante todo independientemente de que la decisión sea continuar o no, se debe respetar el proceso de cada uno. En caso de querer continuar tiene que ser un proceso consciente, maduro y real por parte de ambos. Pero fundamentalmente buscar ayuda para tomar las mejores decisiones aunque estas impliquen dolor.