“Mi novio me terminó porque dice que ya no sentía nada después de nueve años de noviazgo. Cuando se fue me dijo que estaba confundido, pero al tiempo me di cuenta que va a ser papá. Además, él se fue a vivir con la muchacha y han pasado tres meses de la ruptura. Él simplemente me cambió y tiró nueve años a la basura”.
1. Terminar a veces es un proceso en el que se requiere cierta adaptación. Aceptar que se terminó no es un tema de un día para otro, toma tiempo y no siempre es fácil porque cuando una de las partes toma la dirección contraria de forma unilateral, es complicado aceptar y comprender.
2. No obstante, es una realidad y hay que darse cuenta efectivamente de que el enfoque no debe ser solo comprender la ruptura, hay que darse cuenta que, a partir de ahora, está frente a la vida con nuevas oportunidades. Visualizarlo al inicio no es sencillo, debido a la tristeza y a los cambios emocionales después de una ruptura, pero sí se puede.
3. Él se fue, la terminó e inició una nueva vida., así que su enfoque debería ser su desarrollo personal. Después de nueve años, muchas cosas pueden pasar, la monotonía, la rutina, la pérdida del interés, la desmotivación de los problemas no resueltos, en fin, una enorme cantidad de temas. Esto la puede hacer dudar, buscar culpables o entrar en contradicción, pero ahora tiene la oportunidad de volver a comenzar a partir de esta nueva realidad.
4. La ruptura tiene que verse como un nuevo comienzo para no quedar atrapada en el dolor, que muchas veces la puede hacer girar sobre la tristeza. Es buen momento para analizar lo sucedido, identificar áreas de mejora y quizá cambiar hábitos y conductas para luego, poco a poco, retomar la vida, desarrollar sueños propios, reactivar la vida social, dejarse ayudar por la familia y los amigos. Tomar distancia de la expareja y construir nuevos sueños, este debe ser su enfoque en esta etapa.