Shakira y sus hijos iniciaron sus vidas en Miami, donde, de una vez, la colombiana no aguantó nada y tuvo que poner en raya a la prensa.
La barranquillera, tratando de dejar todo lo que vivió con su ex, el ahora empresario Piqué, tomó la decisión de buscar el bienestar de sus dos pequeños hijos, quienes pasaron momentos difíciles en Barcelona, a raíz del acoso y la presión de la prensa española.
Fue por eso, que la intérprete de “Te Felicito”, lanzó un comunicado oficial para los curiosos y paparazzis de Miami.
Shakira compartió una imagen enviada a los medios de comunicación, hablándoles como madre y no como artista. La colombiana se refirió al bienestar de sus hijos, quienes recibieron todo tipo de acoso y presión por parte de periodistas y reporteros que buscaban la primicia de sus vidas.
La cantante pidió que respetaran y se abstuvieran de perseguir, acosar o presionar a sus hijos, ya que solo quieren llevar una vida tranquila y normal como otros niños. La macha fue clara en que ella es figura pública, pero lo que más deseaba era que Sasha y Milán, pudieran tener una realidad distinta a la de Barcelona.
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“En este momento de cambios en mi vida, como figura pública, es comprensible que exista una permanente curiosidad por parte de la prensa alrededor de mí y de mi familia. Sin embargo, mis hijos, Milan y Sasha, han vivido un año muy difícil, sufriendo un incesante asedio y una persecución sin tregua por parte de paparazzis y varios medios de comunicación en Barcelona”, escribió.
La colombiana solicitó, amablemente, que no siguieran a sus hijos.
“Ahora que inician una nueva etapa en sus vidas pido, encarecidamente, a los medios en nombre de mis hijos que por favor respeten su derecho a la intimidad. Les ruego abstenerse de seguirlos hasta la salida o entrada del colegio, esperarlos en la puerta de nuestra casa, como ha sucedido cada día en Barcelona, con el fin de obtener capturas fotográficas o mejores ratings”, agregó.
Además, expresó que confiaba en los periodistas y fotógrafos que son sensibles a la situación que enfrentan Milan y Sasha, y puedan comportarse de la forma más humana posible con ellos, teniendo en cuenta que se trata de la salud y la integridad física y emocional de dos menores, de 8 y 10 años, quienes solo desean poder salir tranquilos a la calle.