Cuando no hay excusas se pueden lograr cosas extraordinarias y este es el caso de don Julio Cascante y su entrenador Roberto Garita, mejor conocido como El Soldado, por su paso por Combate.
El señor, de 61 años, se propuso hace un tiempo bajar los cachetes y la pancilla que le estaban estorbando y que ya lo habían hecho pegarse más de un susto con su salud.
Por eso y sin importar viajar desde su casa en San Pablo de Heredia, iba todos los días al gimnasio Las Américas, en Hatillo centro, para que el musculoso lo entrenara, ya que sabía de la calidad del Soldado como entrenador.
Así como su sobrenombre, Garita es militar con su trabajo y no lo pensó mucho para aceptar el reto y convertir a don Julio en un proyecto y así demostrar que querer es poder.
“Él era muy tímido y a veces llegaba, pero no se le ponía mucha atención, un día se le perdieron las llaves del carro y yo le ayudé, al día siguiente me contrató y de una vez le dije de mis reglas, que a mí me gusta la gente que se compromete igual que yo y que no pone excusas”, aseguró el entrenador.
Sin pensarlo mucho se pusieron a trabajar y en cuestión de unas semanas ya ambos veían resultados. Garita se vio sorprendido porque lejos de que su entrenamiento casi militar asustara a don Julio, más bien lo motivó.
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“Yo soy muy estricto y serio, le dije que si ve que no me va a dar resultados que mejor no me contratara porque mi alumno es mi publicidad en la calle. Yo al principio no creía que lo lograra y sí lo hizo, cada mes bajaba como tres o cuatro kilos y cuando nos dimos cuenta había bajado un montón”, señaló.
Al Soldado le llamó mucho más la atención que el señor en muchas ocasiones le pidiera no entrenarlo, sino que le dieran a las pesas juntos.
“Primero hay que trabajarle la mente, los clientes vienen con excusas como que nunca han estado en gimnasio, que tienen asma o que no tienen tiempo y hay que sacarlos de eso. Un comienza más suave y va incrementando, también le puse dieta y a las semanas ya estaba entrenando conmigo, me pedía que metiéramos mucho peso y se ponía a darle”, dijo
La gente invierte en todo menos en salud”.
— Roberto Garita, entrenador.
El musculoso lleva cerca de ocho años de ser entrenador personal y se le puede encontrar en algunos de los gimnasios de la cadena George Angulo o en Las Américas o al número 8395-0586.
Motivados
Si bien se dice que una persona de la edad de don Julio tiene un metabolismo más lento y por ende, los resultados cuesta que se vean, el señor tiró todo eso abajo en cuestión de seis meses. Perdió casi 30 kilos, pasó de talla 42 a 36 de pantalón, algo que según dice, le trajo mucho más cariñitos de la doña.
“Llegué a alzar hasta 400 libras en press banca (pecho), que no cualquiera lo hace, también perdí mucha grasa abdominal y me quité años de encima. Yo parecía un chiquito porque estaba deseando entrenador, aprendí a comer y tenía más energía, hasta en el trabajo me ayudó porque no es lo mismo llegar a comprarle a alguien que anda como cansado o aburrido a alguien que lo llena a uno de energía”, aseguró don Julio, quien es dueño de una imprenta.
“Lo que engorda no es el metabolismo o la tiroides, sino las ‘hamburguesoides’ o ‘pizzoides’, hay que tener ganas de cambiar y dejarse de excusas”, añadió.
Por motivo de la pandemia y por solicitud de su esposa, don Julio tuvo que dejar de ver tan seguido a su entrenador; sin embargo, todavía se mantiene haciendo ejercicio en su casa, con la fe de volver en algún momento a darle duro a los fierros y entrenar como un verdadero soldado.