Una escena en una obra de teatro en la que los actores Rosibel Carvajal y Jaime “Gato” Castro tenían que darse un beso se alargó más de lo esperado y ya va para 28 años.
El matrimonio es claro ejemplo de que, si se quiere, se puede trabajar tranquilamente con la pareja. La relación inició en las tablas después de casi tres años de ser parte de la misma puesta en escena.
“Yo trabajaba en el teatro Chaplin y él era diseñador gráfico, esa fue la primera vez que nos vimos, pero hasta ahí. Tiempo después empezamos a trabajar juntos en el teatro Arlequín, en una obra llamada Historias íntimas en el paraíso. El flechazo no fue de primer momento, cada uno tenía sus compromisos, él comentaba que estaba en un proceso de divorcio y yo recuerdo que cuando llegaba la escena del beso, yo le decía a mi compañera Guisella Solís que me daba pereza esa escena”, contó Rosi.
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“Ninguno de los dos pensaba en algo más, pero ya al tiempo me empezó a acompañar a la parada del bus y se dio. Al tiempo el director nos dijo que no quería que los problemas de pareja se presenten en el escenario, pero no, siempre hemos sido muy estables, casi no hemos tenido problemas y digo casi para que nos crean, pero son muy pocos”, agregó.
La pareja jaló durante dos años y lleva 25 casados, fundaron el teatro Moliére y se dieron a conocer en el medio como una yunta.
“Siempre andamos juntos, si yo tengo que grabar algún comercial, él me lleva y me espera, sus amigos son los míos, las familias también, hemos sabido llevar muy bien la relación. Si llego sola a algún lugar lo primero que me dicen es que dónde está Gato y a él también, ya la gente está acostumbrada a vernos juntos”, dijo la experimentada actriz.
En algunas ocasiones han compartido tablas, en otras ella ha sido la directora de la obra en la que él participa y en otras simplemente se ponen a bretear atrás del escenario para que todas las funciones sean un éxito.
“Como yo también escribo, a él le toca parte de la producción, de la escenografía, si hay que pintar yo lo hago, si hay que clavar algo le toca a él, entre los dos tratamos de ver en qué podemos contribuir los dos”, aseguró Rosi.
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La pandemia les ha servido para ratificar lo que ya sabían, que unidos son más fuertes y es que, ante la falta de trabajo en su teatro, han tenido que ingeniárselas para seguir adelante.
“Hemos dado clases, por dicha los estudiantes no nos han abandonado porque no hemos podido dar funciones desde que inició la pandemia, la gente todavía no va al teatro y ha sido difícil porque hay que pagarle a los actores y las deudas que se tienen.
A pesar de que dice que ha habido pocos problemas, cuando los hay, el teatro alivia todo mal.
“En alguna función quizá hemos llegado medio enojadillos pero ya en escena inevitablemente termina uno arreglándose, uno tiene que controlar las emociones en el teatro y eso ayuda para después seguir bien con la relación. Gato es un hombre muy respetuoso, yo soy más aventurera y él me apoya en todas las locuras que yo hago”, explicó.
La actriz sabe que no son la primera ni la última pareja que se forma en las tablas, pero sí, de las pocas que logran durar tanto tiempo.
“Sí, es común que se den parejas en el teatro porque se comparten emociones, hay mucho trabajo físico, pero sé que tampoco duran mucho. Hay que saber diferenciar entre el trabajo y la casa, no estar mezclando los problemas de uno u otro, a menos que sea para solucionar las cosas”, aconsejó Carvajal.
Confianza
Aunque Rosi asegura que la mayor parte del tiempo trabajar con su esposo ha sido muy bonito, Gato cuenta que hay algunos momentos en que toca volver a ver hacia otro lado.
“Tanto a ella como a mí nos ha tocado ver cómo la pareja está besando a alguien más, creo que es cuestión de confianza y de profesionalismo, sí le confieso que no es nada bonito, uno a veces mejor tiene que volver a ver hacia otro lado y saber que es parte del trabajo.
“A veces uno sabe desde antes lo que va a pasar y ya se hace la idea, toca tener tranquilidad porque no se va a meter uno a hacer el ridículo y parar la escena en media obra”, dijo el actor.
Agregó que él no se puede quejar de trabajar con su pareja, pues juntos han ido creciendo a nivel profesional y personal.