Probablemente usted sea uno de esos que cada vez que ve videos en redes sociales y se topa con alguno de comida, quede con hambre y con la boca hecha agua. Pues no está solo, así hay un montón más.
Uno de los culpables es Roberto Biasetti, quien con su página Jale a comer tiene a todo el país antojado de ricos platillos.
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Él es vecino de San José, tiene 50 años y desde hace unos cuatro comparte, en diferentes redes sociales, experiencias de sus salidas a comer.
Cada vez que se manda sabroso, sube un video de lo que pidió, cuenta lo que le gustó y lo que se puede mejorar.
Eso sí, sus críticas las hace de manera responsable, ya que sabe del poder que tienen las redes sociales y en especial su página, que ya cuenta, en Instagram, con más de 114 mil seguidores; en Facebook, con más de 70 mil y en TikTok, con 271 mil.
Roberto nos contó su interesante historia.
-¿Cómo nació Jale a comer?
Trabajaba para una transnacional como gerente general y me tocaba atender clientes de muy alto nivel, hacer negociaciones y tenía que salir mucho a comer, como siempre me ha gustado tomarle fotos a lo que me como, aprovechaba y lo hacía. En un momento tenía un montón de fotos en mi celular, no quería subirlas en mi Instagram personal y por eso me abrí uno nuevo, a todos les iba poniendo comentarios y la gente comenzó a seguir, en poco tiempo tenía 300 seguidores, luego mil y empezaron a llamarme los restaurantes para que fuera a probar, fue algo sin planear.
Inicialmente se llamó Comiendo en Costa Rica, pero al ver que la gente lo seguía le puse un nombre más atractivo y pensé que una frase muy tica, que todos usamos con los amigos es, “Jale a comer”, y empezó a crecer.
-¿A qué atribuye ese crecimiento?
Cuando llegó la pandemia ya tenía unos 15 mil seguidores, era un blog que se defendía, pero solo constaba de fotos. Cuando nos encerraron y ya casi no podía salir a comer, quise aprender a hacer videos para darle más variedad, al principio yo jugaba de ser anónimo y como no eran tantas las personas que me seguían, empecé a salir, también descargué TikTok, que al inicio pensaba que era solo para hacer coreografías, pero vi que había gente de otros países que subían comida y pensé en hacer algo parecido, aprendí a usar más las plataformas y los canales empezaron a crecer mucho y ya es una referencia para muchas personas cuando salen a comer, incluso hay personas que no tienen esas redes sociales, pero que igual me conocen.
-¿En qué momento siente que llega a ser una referencia?
Siento que desde hace un año para acá, porque la gente me lo comenta en la calle, van a comer a tal lugar o me recomiendan algún restaurante, entonces ahí entendí que ya el canal es una referencia para la gente.
-¿Come de todo?
No como mondongo, tampoco hígado y acabo de descubrir que tampoco pezuña de cerdo.
-¿Cómo hace cuando jala a comer y algo no le gusta?
Hay mucha gente que me critica de que yo no lo digo, pero yo sí lo hago, digo cuáles son mis preferidos y cuáles no, pero siento que debo ser responsable y saber que el alcance que tiene un canal como Jale a comer es mucho; hay restaurantes que han colapsado porque yo los mencioné, entonces no voy a salir diciendo que en algún lado la comida es espantosa o que no vayan, porque es el negocio de una familia o el trabajo de muchas personas. Digo cuál me gustó y lo que puede mejorar.
-¿Se le han enojado por alguna reseña?
Hace poco un señor se me enojó porque dije que el chifrijo podría mejorar, no dije que estaba feo, sino que la preparación del chicharrón no me gustó. Algo importante y en lo que yo hago énfasis es que es mi opinión personal, muchos dicen que no soy chef, ni sé nada, pero el blog está basado en mi paladar, que no es igual al de ningún otro, puede que otro vaya y le guste. Tampoco me gusta cuando algún seguidor comenta o falta el respeto a un restaurante.
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-¿Le pasa que la gente del lugar reacciona con temor o con nervios al verlo llegar?
Sí me pasa, me da gracia y ternura, porque hay saloneros que llegan y están hablando conmigo y los veo nerviosos, lo mismo con los chef y dueños de restaurantes que están como en alerta cuando se dan cuenta que soy yo y yo no soy como el comensal de la película Ratatouille, que lo que quiere es destruirles el restaurante. Yo siento como que tengo una lámpara que se enfoca en descubrir lugares ricos para comer.
-¿Tiene algún lugar favorito para ir a comer?
Sí, tengo un par de lugares que he ido y me encantan, pero no siempre grabo videos, porque la gente va a pensar que es argolla.
-¿Cuáles son?
Cambian con el tiempo, pero se me antojan mucho los desayunos de Oh Chocolta, que queda en Curridabat y otro de comida callejera que se llama El Callejón, que está en La Cartonera. Siempre estoy antojado de ir a esos dos.
-¿Cómo es para la cocina?
Conforme empecé a hacer videos también alternaba con recetas, de vez en cuando saco una, estoy mejorando, pero no es mi pasión, lo que me gusta es sentarme a comer.
-¿Cuál su comida preferida?
Italiana, aunque en mi top tres también está la asiática y en tercer lugar la mexicana y peruana. Y un platillo diría que berenjena a la parmigiana.
-¿Cada cuánto sale a comer?
Semanalmente, como unas cinco veces.
-¿Cómo le va con la salud?, por comer tanto afuera...
Es todo un tema, me tengo que estar cuidando y de hecho por eso abrí una sección que se llama Espacio saludable, porque no quiero dar la idea de que se puede andar comiendo comida rápida cinco veces a la semana y no pasa nada. Me hago exámenes frecuentemente, visito un doctor, una nutricionista y hago ejercicio unas seis veces a la semana para mantenerme, de hecho la gente también me culpa porque por mí es que les toca ponerle en el gimnasio.
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-¿Paga en los restaurantes que va?
Es una combinación de situaciones, a veces salgo con amigos y pagamos y en otras son los restaurantes los que me piden que vaya.
-¿Es un pasatiempo que se convirtió en negocio para usted?
Sí, pasó de ser un cuarto de tiempo, a un medio tiempo y ahora es casi un tiempo completo de trabajo.
-De los mejores trabajos del mundo...
Sí, pero no solo por comer, sino porque salgo, conozco gente y las historias de los restaurantes.