Es la película animada número 62 de Disney y se le nota (para bien). “Raya y el último dragón” tiene todos los ingredientes que uno espera de esta compañía.

Le suma algunos toques modernos y una heroína que está muy lejos de ser la típica princesa pasiva de Disney.

Ella aprende y a la vez enseña una lección aplicable a estos tiempos: la confianza entre todos es el camino para unirnos y salir adelante. Raya se convierte en una verdadera guerrera capaz de inspirar a cualquiera.

La peli se estrenó el jueves anterior en cines y en el servicio de streaming Disney+. La cinta fue producida durante la pandemia, lo que llevó a que unas 400 personas tuvieran que bretear a distancia. Algunos miembros del equipo de “Raya y el último dragón” trabajaron, en “Moana”, una película con la que comparte varias ideas, pero con una estética diferente.

La historia es puro Disney e incluye a una adolescente temeraria que debe cumplir una travesía de superación personal, junto a una compañera muy graciosa y personajes secundarios muy llamativos.

Valiente

Raya (la cantante y actriz Danna Paola hace su doblaje) es una muchacha que vive en el mundo de Kumandra, el cual es atacado por un ser malvado, Druun, que sacrificara a los dragones con los que sus pobladores habían vivido en armonía.

Después de un intento de paz que termina en traición y tragedia, la adolescente Raya se lanza a una peligrosa travesía, años más tarde, para unir a Kumandra con la ayuda del último dragón, la simpática Sisu, quien es un personaje encantador.

El paisaje de Kumandra está basado en el sudeste asiático, así como los personajes y la estética de la película. El equipo incluye talento asiático entre los que están los guionistas Qui Nguyen y Adele Lim y los actores que dan las voces a la versión en inglés.

“Yo venía de hacer cine independiente y Disney estaba en un momento de cambio en su cabeza creativa con la entrada de (la directora de Walt Disney Animation) Jennifer Lee”, dijo Carlos López Estrada, uno de los codirectores de la película, explicando por qué Raya es diferente a otras películas.

“Lo primero que quiso hacer (Lee) es llevar gente joven al equipo de directores. Vieron mi película (Blindspotting), me llamaron y me contaron lo que buscaban. Era una oportunidad de integrarme al equipo y aportar algo nuevo”.

Es por eso que, según él, Raya se siente inesperada y fresca porque pudieron combinar dos sensibilidades: la de los codirectores que tienen el ADN clásico de Disney y personalidades más modernas en cuanto al estilo y la temática. Su aporte, dice, era agregar su experiencia y renovar el interés a esta clase de productos.

Lo que resultó de eso es una película linda, familiar y con todo el despliegue y el espíritu de la marca.

“Qui Nguyen es vietnamita-americano y tiene un experiencia en artes marciales del sureste asiático. Trajo su conocimiento y se aseguró que todas las expresiones físicas fueran reales, así como todas las artes marciales que se ven en la película. Las escenas de acción están muy bien y son una parte importante de lo atractiva que es la película”, contó López Estrada.

Pero la historia va más allá, y Raya se integra a la línea de reciente de guerreras, más que princesas, de la compañía.

“Raya es un personaje muy inspirador. Cuando la conocemos de grande ha pasado por cosas muy fuertes que podrían haberla amargado, pero no, hay algo muy cálido y generoso en ella. Lo malo es que perdió la confianza en los demás y necesita recuperarla.

“Es una gran guerrera, una gran artista marcial, pero su mayor fortaleza es poder dar otra vez el paso de confiar en los otros, aunque no sea fácil, para unir de nuevo a su mundo. Esa habilidad para ser fuerte y a la vez explorar la fortaleza de la vulnerabilidad, es algo muy interesante en una guerrera como ella”, dijo Osnat Shurer, la productora de la película.

Confianza es la palabra clave de esta película que a pesar de tener toda la esencia de Disney, a la vez es muy novedosa.

“Podés imaginarte que el plan para una productora no era ese. Decía que no se puede hacer una película así”, agregó Shurer, quien llegó a Disney en 2012 como vicepresidenta de desarrollo y estuvo nominada al Oscar a mejor animación en 2017, por Moana . “Pero eso nos dio mucha más fuerza y, precisamente, confianza”.