Randall Robles: Adonis se viste con leggings y tacones

El personaje que interpreta Randall Robles en la obra “La Jaula de las locas” es Adonis, aunque este no es tan guapo como el galanazo de la mitología griega que enamoró a Afrodita.

Su encanto no es físico, pero si engancha a la gente por sus fachas y su ingenio.

Robles se presenta cada fin de semana en el teatro el Triciclo de San José y gracias a su interpretación hace que la gente se estalle de risa cuando aparece en escena. Ahí comparte escenario con Freddy Víquez, Michelle Jones, Rodolfo Araya, Miguel Ángel Hernández y otros actorazos, en la obra dirigida por Mauricio Astorga.

Robles, quien es actor de profesión, tiene 51 años y es vecino de Coronado, interpreta a uno de los personajes más divertidos de la obra, que sin ser protagonista se gana los aplausos y le saca carcajadas al público.

Adonis es un empleado doméstico que no se preocupa en lo más mínimo por ocultar sus preferencias sexuales y aunque lo intentara, los leggings, los tacones y hasta sus muñecas quebradas lo delatarían en dos toques.

Robles también es parte de la serie de Teletica "Los Enredos de Juan Vainas" en donde hace el papel de Copertino, el dueño del comisariato.

Sobre sus espaldas ya suma más de 15 obras de teatro, así como una telenovela (La María) y una película (Despertar de Soley Bernal).

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–¿Cómo ingresó a la obra?

Llevo un tiempo trabajando con el Triciclo porque antes estuve para la obra Se nos murió la novia y para la serie Los Enredos de Juan Vainas, por lo que un día el director Mauricio Astorga me dijo que me quería para La Jaula de las locas, la cual iniciaba en un año, o sea, me separó con mucho tiempo de anticipación porque, gracias a Dios, Mauricio sabe que siempre me llaman bastante para trabajar.

– ¿Qué tan complicado es hacer el papel de un gay tan particular?

Es un proceso difícil porque he interpretado a muchos gais, pero por dicha Mau sabe la esencia que tiene que tener un personaje así en escena y me lo transmitió. Este es un gay tierno y muy influenciable, pero noble.

– ¿Cuántos leggings tiene?

Esos leggings son matadores, tengo por lo menos cinco, pero al director le gusta que use dos.

– ¿Qué siente al saber que su personaje, sin ser protagonista, es de los que más llama la atención?

Muy contento porque siempre hay alguien que me espera al finalizar la obra para tomarse una foto conmigo o saludarme. Siento que soy un antagónico clave y que tiene la bendición del público. Por dicha, sin necesidad de decir una palabra ya la gente se ríe mucho por cómo me veo, por mi cara o por mis gestos.

– La obra es un vacilón y también tiene un mensaje de tolerancia...

Sí, eso es lo más importante. Estamos muy contentos porque no es vulgar y se da un mensaje de igualdad, de que todos somos humanos y que todos trabajamos para vivir. Además de que con amor todo se logra.

– ¿Hace cuánto actúa?

Empecé en 1995 en un curso con Lucho Barahona, ahí fue en donde me di cuenta que quería actuar. Luego seguí en talleres abiertos en varios teatros. Gracias a Dios siempre tuve suerte, seguro me veían algún talento.

–¿En cuántas obras ha participado?

Tengo como 16, entre ellas Viagra en el Arlequín; Gigoló por accidente en el Moliére; Las Monjas también la pulsean en el San Cheto y Se nos murió la novia en El Triciclo.

– ¿Qué opina de Mauricio Astorga como director?

Para mí es el sucesor de Lucho Barahona porque respeta al actor, acepta sugerencias y busca lo mejor para todos, sus elencos siempre son bien cuidados.