-El amor no muere, lo matamos.
Quiero compartirles este caso. Se trata de una persona que reconoce que asumió un conjunto de actitudes que progresivamente crearon una fuerte tensión y frustración en su pareja, quien en determinado momento le dijo: "ya no más”, lo que lo motiva a hacer un cambio. Veamos el caso:
"Tengo 12 años de matrimonio y reconozco que tuve problemas con el alcohol. Fui una persona celosa, de carácter difícil y que hice sufrir mucho a mi pareja. Tuvimos varias separaciones y hace poco me dijo que ya no quería nada más. Me duele mucho porque tengo seis meses de no tomar y por más que he tratado de convencerla ella me dice que se le murió el amor. Yo fui poco detallista y la verdad la descuidé mucho, pero ahora entendí que no quiero perderla".
1. Me duele mucho seguir recibiendo consultas de personas que durante un largo periodo de tiempo recibieron señales de su pareja para que cambiaran y no lo hicieron.
2. El desamor es el resultado de un conjunto de acciones y aunque toda pareja se puede dar una oportunidad, llega un momento en el que si no se da un cambio el amor se muere. A veces toca asumir con realismo la situación y respetar la posición de la otra persona, pues no se puede obligar a nadie a seguir en una relación cuando definitivamente ya dejó de amar o se tiene la firme y clara convicción de que el amor ya no da para más.
3. Es doloroso tener que asumir la realidad desde esta perspectiva, sobre todo cuando se reconoce que la historia pudo haber tenido otro final si se hubiera trabajado en ejecutar los cambios que la otra persona pedía, cambios que procuraban un beneficio mutuo. Pero pudo más la resistencia al cambio y los malos hábitos le ganaron la partida al amor.
4. Sé que no es sencillo asumir este proceso, pero no se puede pensar que la otra persona es egoísta, insensible o poco solidaria. Debe entender el porqué la otra persona llegó a esta posición para aprender a ver la vida con otros ojos y sanar el dolor.
5. Cuando este es el escenario, toca respetar y asumir las consecuencias de la historia de vida que como pareja construyeron, así que lo mejor es enfocarse en enfrentar lo que viene: arreglos económicos, acuerdos en torno a los hijos y replantear la vida de forma sana para llevar la separación o el divorcio de forma digna.
6. Usted tiene una gran escuela en este proceso y no se puede pretender que una persona esté con nosotros siempre si no hemos trabajado en nutrir el afecto, la realización y el sentido de bienestar que deben imperar en toda relación.
7. No es momento para la culpa, sino para asumir, crecer y madurar. Debe reorganizar la vida y aprender que se puede salir adelante con mayor sabiduría emocional.