Bismarck Méndez es el dueño un cuerpazo y por eso cuesta creer que tiene más de 50 años, pero eso es gracias a que desde la escuela practica baloncesto y eso lo hizo ser muy disciplinado y deportista.
Con los años él se montó su propio gimnasio al ver que con el ejercicio podía ayudar a los demás a tener una mejor calidad de vida.
El presentador de De boca en boca contó que precisamente el crecer pensando que el deporte era lo mejor, lo ayudó a ir por el camino correcto y a ser lo que es hoy en día.
“Eso me enseñó una vida de disciplina, un poco de sacrificio y cuáles son las cosas importantes en la vida. El deporte fue lo que me hizo alejarme de un montón de malas juntas, de vicios, de trasnochadas, el deportes me hizo enfocarme en lo que realmente tenía que hacer y era ser un deportista de alto rendimiento”, dijo.
El famoso Patacón mencionó que fue gracias a su mamá que terminó estudiando terapia física y entrenamiento personal, tras entender que lo podía combinar con sus otras profesiones, pues también estudió administración de empresas e ingeniería industrial.
Hace 16 años tiene su propio gimnasio en Rohrmoser, donde atiende a sus clientes de manera personal y uno de los principales consejos que les da la primera vez que llegan, es que “confíen en el proceso”, porque solo así verán los resultados que quieren.
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“Llegan y a los dos días es: ‘Qué raro, no estoy musculoso’ o ‘Yo creí que ya en dos meses no tendría panza’, por eso les aconsejo que primero que todo deben tener paciencia y creer y disfrutar del proceso. Si usted no cree y no disfruta del proceso, ya estamos mal y el proceso lleva mucho tiempo, calma, paciencia, tolerancia, porque hay días buenos y hay días malos, pero no importa si uno siempre se levanta con actitud positiva, optimista, con ganas de dar lo mejor ese día, realmente las cosas van saliendo y el ejercicio es lo mejor porque liberás endorfinas y ves la vida diferente”, dijo.
El limonense, además, recomendó a quienes quieren iniciar una rutina, que piensen que el metabolismo de todos no trabaja igual y que siempre hay que tratar de buscar una o dos horas al día para dedicárselas a uno mismo porque al final el ejercicio es vida.
“Dedíquese aunque sea una hora al día a hacer algún ejercicio, a sudar, a caminar, a lo que usted quiera, pero siempre que el corazoncito se esté moviendo y lo esforcemos un poquito, todos tenemos la necesidad de hacer un poquito de ejercicio y el mismo cuerpo se lo pide, es cuestión de escucharlo. Hay que moverse, hacer lo que sea, esos pequeños minutos los va a agradecer el cuerpo y se le van a notar, se le van a notar en los exámenes de sangre, de esto y del otro”, agregó.
Bismarck ahora casi no practica baloncesto por una fractura que tuvo, pero le agarró gusto al ciclismo y no deja de hacer su rutina de ejercicios al menos cinco veces a la semana.