Una prueba de virginidad que se hace a víctimas de violación está siendo muy criticada en Pakistán, un país donde las violaciones son poco denunciadas.
La supuesta virginidad de una mujer es garantía de honor y este examen, la llamada prueba de los “dos dedos”, debe supuestamente esclarecer el pasado sexual de la víctima.
La prueba es considerada un elemento central de toda investigación policíaca.
Debe ser efectuada por una mujer, pero no siempre es así. Su resultado puede con facilidad hacer cambiar de rumbo un expediente. Las mujeres aún solteras pierden instantáneamente todo crédito si son definidas como sexualmente activas.
Según las cifras oficiales, solo 0,3% de los casos de violación en Pakistán terminan en una condena.
Nada de científico
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que las pruebas de virginidad, habituales en unos veinte países, no tienen valor científico y representan una violación de los derechos humanos.
Sin embargo, parece haber una luz para las víctimas. La violación en setiembre de una madre por los miembros de una banda, frente a sus hijos, al lado de una autopista, provocó gran conmoción, con manifestaciones profeministas en todo el país.
Llamado por los manifestantes a reforzar la represión de los crímenes sexuales, el gobierno respondió con una nueva ley que prevé la castración química de los violadores.
Esta ley, que entró en vigor en diciembre aunque debe ser aun ratificada en el Parlamento, prohíbe también la prueba de los "dos dedos", aunque no el examen visual.
A inicios de enero, el tribunal más importante de Lahore, en la provincia de Penyab, la más poblada del país, consideró por primera vez ilegal cualquier tipo de prueba de virginidad.