Alejandra Giusti tenía once meses de no recibir platica por su trabajo hasta que le salió una oportunidad en Puntarenas, que, si bien le trajo alimento a su hogar, también allí se contagió de covid-19.
Ella junto con su esposo, Tony Bertarioni, superaron hace apenas una semana la enfermedad, que los tuvo bastante malitos durante un mes, debido a complicaciones en los riñones y pulmones, respectivamente.
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Giusti es promotora de artistas y productora de eventos y en ambos campos dejó de ganar platita desde hace más de un año, al igual que su marido, quien también forma parte del mundo del entretenimiento en nuestro país.
Ale se encargaba de actividades como la Fiesta amarilla de La Roncha, conciertos internacionales con las municipalidades, durante años estuvo en la organización de las corridas de toros de Zapote y además, es parte de la producción de Teletón.
-¿Cuánto lleva siendo promotora?
En estos días cumplo cinco años y gracias a Dios durante todo ese tiempo he manejado a los mejores artistas y grupos de este país como La Kuarta, Los Ajenos, Vanessa González, Charlene Stewart, Elena Umaña, Eduardo Aguirre, Alejandro Luna, César Jiménez, Expresso, Fred Hall, Kenia, Pranz, Freddy Alvez, Banton, Ghetto y algunos internacionales.
-¿Ahorita a quiénes tiene y qué le toca hacer como promotora?
La Kuarta, Los Ajenos, Elena Umaña, Chata y Checko. Mi trabajo consiste promocionar sus canciones con los diferentes medios, sea prensa escrita, tele, medios digitales y que suene en radio, dependiendo del género de cada pieza.
-¿Cómo le afectó la pandemia en su trabajo?
Yo trabajo tres meses los temas de cada artista, pero desde que empezó la pandemia ellos dejaron de producir porque tampoco tenían ingresos y hacer material nuevo es muy caro, entonces no había nada para promocionar.
-¿Qué hizo entonces?
Fue duro, porque el cambio de tener que salir todos los días con los artistas a los diferentes medios fue mucho. Cuando todo se paralizó y me dijeron que no podían seguir todo fue un caos, porque el dinero empezó a escasear, ya que mi esposo y yo trabajamos en el mismo medio, entonces nos llenamos de incertidumbre. Me puse a vender manualidades, alcohol, mascarillas, oxímetros y pulsearla, como nos ha tocado a todos.
-Y pulséndola fue que le llegó el covid...
Sí, trabajando en una bonita oportunidad que tuve en Puntarenas, en algo que había esperado desde hacía once meses que no recibía ingresos; me fui muy feliz y me contagié y luego contagié a mi esposo.
-¿Ya se vacunaron?
No, andamos en búsqueda de la vacuna, por edad a mí no me toca, pero a Tony sí, entonces salimos con la fe de que en algún lado se pueda o quedar en alguna lista de espera para estar más tranquilos.
-¿Cómo vivieron esas semanas de la enfermedad?
Fue un mes, pero tres semanas en que estuvimos muy mal. Tuvimos mucha fiebre y todos los síntomas del covid, y yo una infección de pulmones y Tony una de riñones.
-¿Ahorita cómo está?
Yo tengo dolores de cabeza, sin gusto ni olfato, se me detectó una fibrosis pulmonar y mucha fatiga.
-¿Sienten que es un milagro al estar los dos vivos luego de ver tanta gente cercana que ha fallecido?
Es una bendición, esta enfermedad llegó para acabar con la humanidad y hacer que doblemos rodillas, los que la hemos pasado tenemos que agradecerle a Dios por lo que vivimos.
No puedo imaginarme la gente que está en un hospital, lo terrible que debe ser ver morir a personas que están a la par de uno en una cama. No puedo dejar de agradecerle a la gente de la Caja porque todo el tratamiento que recibimos fue con ellos.
Nosotros hemos visto cómo personas cercanas mueren, por ejemplo, Oswaldo Alvarado, que nos golpeó y nos preocupó mucho a los dos porque en eso estábamos enfermos nosotros, después llegó lo del alcalde de Tibás, Carlos Cascante, que era un gran amigo y hoy lo de José Vásconez.
-¿Cómo sacan fuerzas para seguir adelante sin saber cuándo podrán volver a trabajar?
Es claro que hay un antes y un después del covid, hay gente a la que no le ha dado nada, otros que la sufrimos y otros que no lo lograron del todo, yo creo que la bendición de tener salud y seguir luchando nos debe dar fuerzas para seguir, si nos quedamos llorando y no le damos la cara a las obligaciones, la cosas se van a complicar más, nos ha tocado hablar con bancos y ver por dónde nos reinventamos.
Se dice que el turismo es el gremio más afectado con todo esto y no, es el entretenimiento, somos un gremio olvidado, yo incluso añoraba que me dieran el bono Proteger porque lo necesitaba y nunca llegó, desgraciadamente el medio está golpeado y seguirá así, no solo en el país, si no el mundo.