Aunque el 2022 apenas está empezando, la comunidad gay catalogó el matrimonio entre José Luis González Ledezma y Glenn Webb Cárdenas como la boda del año.

La pareja, que tiene cuatro años de estar junta, se casó el sábado anterior en medio de una ceremonia de lujo que costó más de cuatro millones de colones y eso que todo se organizó en menos de una semana.

El lunes de la semana pasada José Luis le propuso matrimonio a Glenn y este le respondió: “yo me caso con vos ya mismo”.

Pese a lo rápido que fue todo, la boda no dejó de tener finos detalles, trajes al gusto y hechos a la medida para los novios y con espectaculares sorpresas para los 60 invitados.

Ambos, además de ser estilistas profesionales y tener su salón, José Luis es auxiliar contable y Gleen es licenciado en administrador de empresas y contador público.

“Pagando y moviéndonos, así fue como logramos organizar todo tan rápido”, mencionó José Luis.

Según confesó Glenn, nunca antes había hablado de cómo sería la boda de sus sueños, por lo que la misma noche de la propuesta se sentaron a ver las opciones de los trajes y los zapatos, pues ambos querían que fueran únicos.

“Los trajes son de gala, hechos por un diseñador a nuestra medida y son únicos en el país, los zapatos también. Los diseños son una idea de José Luis y ellos (los diseñadores) nos ayudaron a plasmar lo que queríamos”, dijo Glenn.

Todo un corre corre

El encargado de confeccionar los elegantes trajes de los novios fue Luis Carlos Torres, de Trajes a la medida Luca, el mismo que le ha hecho atuendos similares a personalidades como el candidato presidencial Óscar López, el defensa de Saprissa y de la Sele, Kendall Waston y al técnico campeón nacional, Justin Campos, entre otros.

Según contó el sastre, los dos trajes los hizo en tres días gracias a la ayuda de su colega Mizrraim Moreno y de otra costurera.

“Eran trajes de gala, muy formales. Trajes de cuello enterizo, de un botón, azul marino con blanco, con una camisa de mancuernas, o sea, ellos iban superelengantes, porque un traje tradicional es con solapa, con cuello normal, este no, este era un traje de gala único. La corbata y el pañuelo de la solapa eran de seda japonesa”, detalló el diseñador.

Luis Carlos comentó que cada traje tiene un costo de 300 mil colones, pero al final él les hizo un precio especial, porque llevaron también faja, medias, corbatas y pañuelos.

“Minutos antes de que llegara la limusina por ellos les llevé las camisas, que era lo único que faltaba. Todo fue a la medida y no hubo que hacer ajustes de nada. Yo me ofrecí a vestirlos para que lucieran como muñequitos de queque”, mencionó.

Los zapatos de los dos fueron hechos por el diseñador Harold Noguera.

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Recorrido especial

Para llegar todavía más elegantes a su gran día, la pareja alquiló dos limusinas.

La primera era blanca y los recogió en su casa en Heredia y los llevó a hacer un recorrido muy especial por las provincias de donde son oriundos: Heredia y Alajuela.

“Glenn vive en Heredia y queríamos hacernos unas fotos en el parque central, después fuimos al cementerio Jardines del recuerdo para brindar frente a la tumba de mi difunto suegro. De ahí pasamos al parque central de Alajuela, porque yo soy de ahí, para hacernos otras fotos para que quedaran recuerdos de nuestra provincia y del brindis con el papá de Gleen”, contó el ahora recién casado José Luis.

El otro chuzo era negro y los recogió al terminar el fiestón que hicieron en el salón de eventos Azabache, en El Cacao de Alajuela. De ahí se fueron al hotel San José Palacio para empezar su luna de miel.

En la limusina que los llevó hasta el lugar de la ceremonia también iban las mamás de ambos, Virginia Cárdenas y Ericka Ledezma, quienes estaban muy felices de verlos formalizar su unión.

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Todo un pachangón

Las dos mejores amigas de la pareja, Yoselin Meléndez y Yency Brenes, fueron las madrinas de la boda, que inició a las 4 p. m. y fue legalizada por una abogada ramonense.

El salón de eventos también fue finamente decorado con muchas flores y detalles en azul y blanco.

“Nosotros nunca somos de planear nada, nada más se nos metió algo en la cabeza, se hizo y listo”, aclaró Glenn.

El queque también lo pagaron a hacer a su gusto, blanco por fuera, pero con los colores de la bandera gay por dentro y con unos muñequitos igualitos a ellos.

Para celebrar con sus invitados llevaron a un Dj, a una comparsa y a un mariachi.

“Los invitados tenían barra libre de 6 p. m. a 9 p. m.., hubo varios tiempos de comida, estuvo bastante bonito”, recuerda José Luis.

Para cerrar la gran velada tuvieron un juego de pólvora en el jardín del lugar.

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Los ahora recién casados se fueron de luna de miel a Guatemala, donde estarán una semana y de ahí se irán a Panamá un par de semanas más.