El presentador Sergio Castro, de la revista matutina Café Nacional de canal 13, tenía años de luchar por bajar de peso por los métodos tradicionales, por lo decidió recurrir a una operación de reducción de estómago que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) se negaba a hacerle.

A raíz de lo anterior, el comunicador presentó un salacuartazo y lo ganó, por lo que la Caja tuvo que realizarle hace cuatro meses la operación que tanto anhelaba.

El periodista pesaba 115 kilos y ahora hasta parece otro, ya que perdió 28 kilos. Actualmente persa 87 kilos y todavía debe eliminar 7 kilos para estar en su peso ideal.

Sergio contó que se hizo una reducción del 80% del estómago (cirugía de manga gástrica) en el hospital México, no por un capricho estético, sino porque su salud estaba en juego.

“Hace como cuatro años me internaron de emergencia por una apendicitis y me operaron. No hubo mayor problema y pasé un mes incapacitado, pero cuando regresé a trabajar empecé a sentir una pelotita en la herida y una amiga me dijo que se me notaba. Me hice un ultrasonido y me dijeron que tenía un seroma residual, que es como una acumulación de líquido en la herida, por lo que debía esperar un tiempo para que se disolviera y desapareciera sola”, contó el comunicador.

Al ver que los meses transcurrían y la pelota seguía molestando, Sergio decidió consultar a otro médico, quien le dijo que tenía una hernia de 13 centímetros.

Como la operación de la apéndice había sido por medio de la Caja, Sergio fue a que lo vieran de nuevo y los médicos le dieron una mala noticia.

“Me dijeron que estaba muy gordo y normalmente no se opera a una persona que esté tan gorda, así que tenía que bajar de peso”, recordó.

Nada funcionaba

A partir de ese momento el presentador de televisión se tomó muy en serio el deseo de bajar de peso y recurrió a nutricionistas, a la acupuntura, a ponerle al ejercicio y todo lo que le recomendaran para tratar de adelgazar.

Sin embargo, por más disposición y disciplina no lograba bajar ni un kilo debido a su metabolismo, por lo que cada vez que asistía a las citas le decían que no podían quitarle la hernia porque pesaba 115 kilos y era muy peligroso.

“Transcurrieron tres años tratando de bajar de peso y era imposible para mí, hasta que me recomendaron hacerme una manga gástrica, que era la última solución. Al principio me negué, pero comprobé que no puedo bajar de peso y que era la única forma para que me quitarán la hernia”, explicó.

Sergio contó que como los médicos de la Caja le decían que no lo podían operar de la hernia tuvo que presentar un recurso de amparo ante la Sala Cuarta, la cual falló a su favor.

“Cuando gané el recurso, los médicos se reunieron conmigo y me dijeron que como la Sala los obligó a operarme de la hernia me tenían que hacer una manga gástrica primero porque solo así me podían quitar lo gordo”, recordó.

La operación de la hernia está programada para la primera semana de octubre de esta año, pues primero debía recuperarse bien de la primera cirugía.

Fuera complejos

Ahora el presentador eliminó de su vida las comidas rápidas y aunque pasa comiendo seis veces al día, sus porciones son muy pequeñas y siente que se llena más rápido.

Lo malo es que se le ha caído mucho el cabello y la piel de la cara se le resecó, pero son efectos secundarios de la operación y que desaparecerán con el tiempo. Para eso toma un suplemento mutivitamínico.

“Ya he bajado cinco tallas de pantalón (está en 32), casi tres tallas de camisa (ahora es M). Mi meta es llegar a los 80 kilos, exageradamente a los 77 kilos. Los médicos dicen que todavía hay excesos sobre todo porque ellos se fijan en el índice de masa corporal”, mencionó.

Sergio asegura que antes cuando se veía en la pantalla hasta le daba vergüenza verse los rollitos en el estómago y en sus piernas, pero ahora es un hombre más feliz porque hasta puede sentarse de pierna cruzada.

“Me siento bien y contento porque ahora puedo caminar sin ahogarme, que es el único ejercicio que puedo hacer debido a la hernia. Antes no me podía ni sentar cómodo en el sillón del programa porque siempre estaba pensando en que el público me estaba viendo la panza y los cachetes, pero ahora es diferente. Me acongoja un poco lo de la hernia, pero mis compañeros dicen que casi no se me ve”, dijo.

El periodista tuvo que cambiar recientemente toda su vestimenta y según contó, todo el mundo lo piropea y lo felicita por el gran cambio físico que ha tenido.