Farándula

Periodista William Bonilla sintió la muerte por culpa del covid-19

Comunicador de Informe 11 Las Historias estuvo muy grave en el hospital de Cartago y asegura que casi no cuenta el cuento

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William Bonilla, periodista de Repretel, estuvo poco más de una semana internado en el hospital por covid-19. Cortesía

El periodista William Bonilla, de Informe 11 Las Historias, dice hacer pasado por los días más duros de su vida luego de contagiarse de covid-19 en el trabajo.

Para el presentador de la sección “La cuchara tica”, su peor error fue no ir al hospital antes de ponerse tan mal. Temía morir en el centro médico, dice.

El cartaginés se enteró que tenía el viruas el 17 de junio y dejó pasar diez días. A esas alturas debieron llevarlo de emergencia al hospital Max Peralta, donde asegura que le salvaron la vida.

Cuenta que los primeros días los síntomas fueron leves y se la jugó tomando los medicamentos que le recetó la doctora de Repretel; sin embargo, después su salud se empezó a deteriorar.

El periodista de la sección "La cuchara tica" confesó que tuvo miedo de morir si lo llegaban a intubar. Archivo (GRACIELA SOLIS)

“No iba al hospital porque sentía que me iba a morir o pensaba que me iban a intubar. No dormía, duraba hasta cuarenta minutos vomitando todos los días, me agarraban crisis de tos. Karlita, mi esposa, tenía que llevarme del cuarto al baño y llegaba agitado”, recuerda.

Ni comía y se puso tan mal que un día se desmayó en el baño. El domingo 27 de junio terminó internado en la Unidad de Cuidados Moderados.

“En serio que sentí la muerte. No imaginaba que era tan letal la enfermedad. Yo digo que Dios me dio otra oportunidad, solo faltó que me intubaran, pero de todo viví por este bicho. No me bajaba la temperatura de 39 grados, comenzaron los rangos de la oxigenación a bajar y fue cuando me puse más mal. Fue fatal la experiencia de estar en el hospital y lo más difícil es estar acostado boca abajo”, mencionó.

William contó que para él fue muy duro estar solo en el hospital y el tener que pasar boca abajo para que no le llegara agua a los pulmones. Cortesía

Marcas de dolor

El comunicador nunca había estado internado y eso hizo más dura la experiencia.

Este lunes 5 de julio al fin le dieron la salida para que se termine de recuperar en la casa.

En las muñecas tiene aún las marcas del montón de veces que le hacían pruebas de oxigenación sacándole sangre y por los medicamentos que le inyectaban.

Todavía se agita cuando habla y no puede movilizarse solo. Ni siquiera logra levantar una cuchara para comer algo, pero para él, lo más complicado ya pasó.

En ambos brazos tiene varias marcas de estas que lo hace recordar que está vivo de milagro y gracias a la medicina. Cortesía

“Es duro estar en el hospital. Un día me bañaron en la cama, cosa que jamás imaginé que iba a pasar, pasaron, como el hacer las necesidades fisiológicas en la cama o en una silla cuando ya tenía un poco más de valor. De verdad que uno no vale nada así de enfermo, si no sos fuerte mentalmente te lleva candanga. Eso es lo que no te dicen porque esta es una enfermedad que también golpea la mente”, mencionó.

William está muy agradecido con el personal médico del hospital por cuidarlo tan bien y con quienes rezaron por su recuperación a pesar de que muy pocos sabían que estuvo tan mal.

Doble preocupación

Además de sentirse mal físicamente, otro factor que lo afectó mucho mientras estuvo delicado fue su mamá, doña Blanca Quirós, pues él no quería que ella volviera a experimentar la muerte de un hijo.

Según contó William, dos de sus hermanos fallecieron años atrás, uno por leucemia y el otro por una enfermedad en la sangre.

“Mami le ofreció un cuerpito a la Virgen de los Ángeles por haberme salvado, ella era la que más sufría con todo esto”, cuenta.

Estar pegado a estas máquinas por más de una semana fue lo que le salvaron la vida al comunicador cartaginés. Cortesía

Su esposa, Karla Araya, y su hijo Matías se han convertido en su mayor motivación para recuperarse. De momento está incapacitado hasta el 26 de julio.

“Yo no me imaginaba lo que era el covid-19, por eso le pido a la gente que si tiene vaya de inmediato al hospital si se siente mal. Esto no es jugando”.

Bien antojado

El covid-19 nunca le afectó el olfato o el gusto, pero sí el apetito, como dijimos. Claro, ahora que está otra vez en la casa va a aprovechar para quitarse más de un antojo.

Lo primero que quiere comer es pollo achotado, luego budín y se le antojan también helados con gelatina y un buen pescado.

El negocito que tenía junto a su esposa (Gusstitos Kasary), en el que vendían granizados, batidos y helados por todo Dulce Nombre de Cartago, está por ahora en pausa.

“Ahora seré como un mensajero o un guerrero contra el covid, no me cansaré de recordarle a la gente que se cuide. Siento que Dios me dio una segunda oportunidad de vida para decirles que hagan caso, esto que pasé no quiero que nadie más lo viva”.

Silvia Núñez

Silvia Núñez

Periodista de Espectáculos y Sucesos. Bachiller en periodismo de la Universidad Central desde el 2004. Labora en el Grupo Nación desde el 2013.

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